'Cookie', 'machirulo', 'crac' o 'perreo'. Te suenan; de hecho, tus hijos las sueltan continuamente, pero, ahora, tienen otra naturaleza: pertenecen al castellano por pleno derecho al ser incluidas en la nueva actualización del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, presentado por el presidente de la RAE, Santiago Muñoz Machado y por la responsable del Instituto de Lexicografía, Elena Zamora.
Para los que creen que la Real Academia es una institución que va lenta o no acorde a los tiempos, esta es la séptima edición de la 23 corrección, la 23.7, que se ha hecho del diccionario, que terminará de completarse en 2026.
El director de la RAE ha explicado que las palabras se agregan al diccionario es por el uso que se hace de ellas, no por ninguna otra razón: ni campañas publicitarias ni términos que sean de demasiada jerga.
El nuevo diccionario incorpora términos nuevos y la modificación de otras; entre ellas, lemas nuevos, variaciones, enmiendas, supresiones en pocos casos... En definitiva, 4381 nuevas acepciones que ya pueden considerarse plenamente integradas en nuestro idioma.
En el DRAE de 2026, se destina un bloc entero de americanimos. ¿Cómo se logra esto? Cualquier modificación pasa por todas las academias americanas y ellas lo modifican o hacen propuestas.
Entre los términos que se incluyen ahora figuran también 'cochifrito' (distintos tipos de carne fritos); colín (pieza de pan); audiómetro (existía audímetro); endodoncia (técnica dental); nepotismo (dar un cargo a un familiar o dar favores, al margen de mérito y capacidad); 'sonidista', 'cortometrista', 'criptonita', 'sinhogarismo' (personas en la calle o sin recursos) o 'chundachunda', esa música infernal.