Morir de sífilis no es morir de amor: un proyecto universitario desvela la cara oculta de Bécquer

  • La iniciativa de unas estudiantes de filología de la Universidad de Sevilla que busca desmitificar al poeta

  • Con el perfil @therealbecquer vienen difundiendo el proyecto 'Bécquer no era Bécquer' que se tumba algunos mitos

  • Ni muerto de amor, ni abandonado hasta la marginación... Ni siquiera su célebre retrato se ajustaría del todo a la realidad

Gustavo Adolfo Bécquer no era como lo pintaban. Literalmente. El rostro con el que identificamos al autor -perilla romántica, mirada vidriosa, eternamente joven, eternamente maldito- era, digamos, una versión estilizada de la imagen real del autor. Como un selfie pasado por un filtro de Instagram. Y ahora, unas estudiantes universitarias de Sevilla se esfuerzan por demostrar que, además de su rostro, sus propias circunstancias, personalidad y conducta, tampoco eran del todo como nos la enseñan en el colegio y como se comparte en las redes, donde se llega a usar la imagen del poeta para compartir contenido falsamente atribuido.

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Bécquer fue un marginal, un enamorado febril, un artista consumido por la musa y olvidado hasta la pobreza que murió casi en el abandono con apenas 34 años. Y todo eso es verdad... desde cierto punto de vista. Al menos eso es lo que pretenden demostrar, según recoge en un reportaje el diario El Salto, un grupo de estudiantes de Filología de la Universidad de Sevilla con la iniciativa 'Bécquer no era Bécquer' que dieron a conocer el pasado 22 de diciembre durante las celebraciones por el 153 aniversario del poeta.

“No se dedicó a ser poeta, de hecho en vida publicó muy poca poesía, pero siempre tuvo trabajo, como periodista básicamente por enchufe, porque era una persona con contactos", explicaba inmisericordemente a El Salto, Claudia, una de las alumnas autoras del proyecto. Pero Claudia, que junto a otras compañeras organizó una visita guiada por Sevilla en clave desacralizadora del poeta, no se queda allí. "Y no fue un romántico solitario y enamoradizo que sufría en soledad, sino que estaba casado y trataba con prostitutas, murió de sífilis porque se contagió consumiendo prostitución”, aseguró.

¿A que el hecho de que su nombre ni siquiera fuera Bécquer -este fue el apellido que tomó prestado su padre de un antepasado flamenco- sabe a poca cosa ahora? Lo cierto es que la obra de Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida, nombre real del autor, aunque breve, fue enormemente significativa pero después de su muerte. Y sus 'Rimas y Leyendas' se cuentan entre nuestros clásicos universales.

Mercedes Comellas, la profesora que estimula a sus alumnas a revisar estos mitos en tiempos de redes sociales, explicaba al diario los fundamentos de la iniciativa: "A Bécquer se lo romantiza en el sentido de vestirlo de un aura sentimental, separado del mundo real en que vivió y entregado a un amor idealista y fracasado que le rompió el corazón. ¿Podían las redes sociales ser útiles para la tarea de desmontar al falso Bécquer y difundir el auténtico, conocido en los ámbitos académico y de especialistas?”

Lejos de intentar 'derrumbar' la imagen o sabotear las importancia del autor, las mentes detrás del proyecto hacen su propia reivindicación: "el Bécquer real es mucho más interesante", aseguran. "Se lo tacha de romántico, en el sentido literario, cuando él era más moderno, fue el gran referente de toda la poesía española del siglo XX", dicen. Descanse en paz.