A Perla no hay quien la tosa estos días. "Se cree la Coca Cola en el desierto. No ocupa más que un ratón, pero se ha puesto de un arrogante que no hay quien la soporte", confiesa con fina ironía Isabel Allende en rueda de prensa desde Nueva York. Habla de su perra, protagonista de 'Perla, la súper perrita', un libro que llega el jueves a las librerías y con el que debuta en el género infantil bajo el sello Penguin Kids, perteneciente a Penguin Random House Editorial. “Es una historia sobre cómo plantar cara al acosador, aunque seas pequeño, inspirada en mi propia perra", explica.
Perla es, en la vida real, una perra rescatada y toda una celebridad desde que en uno de sus paseos enseñó sus dientes a un mastín que la atacó. “Ella lo enfrentó gruñendo como un león y el atacante salió corriendo. Los abusadores son cobardes. La perra me enseñó cómo al enfrentar lo que más tememos, resulta que no era tan horrible".
La idea de escribir un álbum ilustrado para niños le rondaba a Allende desde hacía tiempo. “Pero no tenía ya niños pequeños a mi alrededor. No había inspiración", cuenta. El argumento arrancó finalmente de esta entrañable anécdota en el parque. "Perla tiene dos súper poderes: hacer que todos la quieran y rugir como un león. En el libro interviene al descubrir que su hermano humano, Nico Rico, está sufriendo acoso en la escuela".
La escritora confía en los perros y la historia es una manera de festejar su fidelidad, su capacidad de amar, su compañía incondicional, su inclinación natural a proteger a los demás. Recrea en Perla y Nico ese poder mágico de amistad. La autora está familiarizada, además de encantada, con el universo canino. “Mi madre decía que si uno se cría con un animal tienen un buen sistema inmunológico. Por eso, llegó con una bulldog francesa y la metió en mi cama. Puedo decir que funcionó".
También en su comportamiento, los perros pueden enseñar a los humanos. La experiencia de amar a un perro es transformadora. “Debería hacer un animal donde hay más dolor, más violencia, más necesidad. Cuando rescatas a uno, salvas al animal, pero también él te salva a ti. Yo amo a los perros. Recuerdo los nombres de los que hay en el vecindario, distingo sus cacas y huelo a perro. Somos de la misma condición", indica convencida.
“Perla es una perra fuerte y Nico aprende de ella a hacerse notar y a defenderse. Es pequeña y muy ordinaria, pero se cree una princesa. A mí misma, que soy una mujer pequeña y siempre tuve un carácter tímido y solitario, me ha enseñado a ir por la vida ocupando espacio, a ensancharme, en luchar de achicarme".
Este mismo mensaje lo traslada a Nico y a todos los menores que pueden estar sufriendo acoso en su entorno. “Por miedo o venganza, el niño no habla. El libro no nace con la intención de predicar ni le va a enseñar nada, pero sí va a permitir que se abra un diálogo con los padres o el maestro".
Perla es invencible como se muestra Allende, que a sus 81 años se sigue mostrando ilusión por escribir, contar o recibir a un nuevo amor con el que nace de nuevo, aun sabiendo que, como ha confesado en otras ocasiones, "con cada amor que termina recogemos una herida nueva", dejándola cubierta de "hermosas cicatrices".
“Enamorarme no me cuesta nada porque me enamoro con una facilidad increíble. Me gusta el desafío de lo nuevo. También en la escritura busco nuevas fórmulas porque me aburre si repito", responde a la pregunta de Uppers durante la presentación de esta nueva obra.
La autora, la más vendida y traducida en lengua española, suma una nueva aportación al mundo de las letras. Es la primera entrega de tres y está ilustrado por la artista mexicana Sandy Rodríguez. Aprovecha para reivindicar la lectura en familia. “Lo más hermoso de un niño que lee un libro es el hecho de estar en la falda de su madre o de otro ser querido. Ahí nace una conexión con el texto y con los afectos que dura para toda la vida".
Precisamente sus recuerdos más hermosos están vinculados con la literatura: “Me crie en una época en la que no hacía falta estimular a los niños. Crecíamos como la maleza. Recuerdo que mi primera lectura sola fue sobre hadas escandinavas. Enseguida pasé a literatura como Jack London, más avanzada a los años que tenía. Pero era muy solitaria e introvertida y los libros eran mi mejor compañía. Esa necesidad de escuchar historias es tan antigua como la humanidad y es importante que lleguen a los niños y adolescentes. Ellos tienen hoy miedo a la página, pero no importa el formato. Yo misma, si llega un día la posibilidad de que nos instalen un chip en el cerebro con toda la literatura, seré la primera".
El matiz mágico presente en Perla, su habilidad para mezclar lo mágico con lo real, impregna la literatura de Allende su primera novela, 'La casa de los espíritus'. Autora de 25 libros, ha recibido más de 60 premios internacionales y ha vendido unos 75 millones de ejemplares. También es una constante su compromiso con los valores, los derechos humanos o el universo femenino, tal y como se descubre en 'Violeta', una novela epistolar que recorre las conquistas de la mujer en el siglo XX.
Una novela que habla de la libertad para amar, el lesbianismo, el clasismo, la píldora o la esterilización femenina, una exigencia que imponían muchos hombres para evitar la vasectomía en tiempos anteriores a la píldora, y de maltrato. Le preocupa la violencia de género y se ha implicado con una fundación para ayudar a las víctimas.
Empezó a escribir recién llegada a Venezuela y la novela despuntó de su máquina de escribir casi sin querer, como una catarsis para liberar la nostalgia por su país y todo lo que dejó atrás. Desde entonces, no ha dejado de contar historias con una delicada mixtura de experiencia, memoria, imaginación e intuición. Acepta cualquier desafío, excepto el género de la autoayuda. “Soy incapaz de leer o escribir este género". Sí se ha quedado con las ganas de escribir una novela erótica. “En vida de mi madre, no podía escribirla y ahora ya no tengo hormonas para inspirarme".