Gabriela Wiener: "Con hijos adolescentes no hay bloqueo literario, hay bloqueo de Instagram"

Gabriela Wiener (Lima, 1975) irrumpió en el panorama literario con 'Sexografías' (2008), libro que determinaría la siguiente década de su carrera en al menos dos sentidos: la posicionó como 'periodista gonzo' -básicamente alguien que pone su propio cuerpo al servicio del reportaje- y la ancló definitivamente -eso se suponía- a la 'no ficción' narrativa. Al final ni lo uno ni lo otro.

Si 'Huaco retrato' (2021), su anterior novela -que de momento lleva nada menos que 11 ediciones-, aún estaba protagonizada por un personaje llamado Gabriela Wiener, en 'Atusparia' la autora se aleja considerablemente de lo autobiográfico para trazar una historia de la izquierda latinoamericana con pinceladas incluso distópicas.

Activista del antiracismo y la decolonización, Wiener es también madre de una adolescente y un niño. Tiene canas, pero se las arranca. Y hace unos años perdió el miedo a volar.

Tu trabajo se ha enmarcado siempre dentro de lo que se conoce como ‘no ficción’, pero con ‘Atusparia’ te pasas directamente a la ficción. ¿Tiene algo que ver en este tránsito el momento vital en el que te encuentras?

Sí, creo que la literatura de alguien tiene que madurar hacia algún lado. Todo cambia. Nada permanece. Podría decirse que mi no ficción fue la 'adolescencia eterna' de mi escritura. Pero eso se acabó. Hay asuntos que te hacen crecer de golpe. Por ejemplo un genocidio, la traición del ser amado o entender que a cierta edad podrías morir atragantada con unas gotas de tu propia saliva. Un día sentí que prefería estar dentro de una obra mía que se había vuelto ficción, que fuera. La imaginación como refugio. Otro tipo de aventura. Y lo mejor de todo es que no hay que moverse mucho. No podía ser periodista gonzo toda la vida. Me da fascitis. Que no fascismo. Ahora estoy probando con escritora chamana. O novelista de izquierda. Después, ya se verá.

¿Quién fue Atusparia, el personaje histórico y por qué te interesó?

Atusparia fue un líder campesino peruano que se enfrentó a la República criolla contra su intento de reestablecer el tributo indígena. Fue masacrado junto a miles de sus compañeros indígenas. Como ocurre cada vez que un indígena osa rebelarse. Atusparia también se llama el colegio soviético indigenista en el que estudié la primaria hasta que se cayó el muro de Berlín.

¿Se puede creer en la revolución a cualquier edad?

Creo que se debe creer en la revolución a cualquier edad. Es un imperativo categórico. El que no crea que esto tiene que cambiar radicalmente, para mí está muerto.

¿Se puede hacer la revolución siendo madre?

Ser madre es una revolución en sí misma. Es uno de los caminos revolucionarios. Tener en tus manos la educación y la felicidad de una persona en ciernes es un acto de responsabilidad política. Como no ser madre es a la par un acto de enorme y necesaria responsabilidad ecológica. En el siglo pasado muchas madres guerrilleras (y padres) se enrolaron en luchas populares para enfrentar dictaduras y estados agresores. A sus hijos los criaron sus compañeres supervivientes con las enseñanzas de cambiar el mundo de sus familias. En este siglo la revolución es la resistencia. Las madres palestinas por ejemplo son hoy las más revolucionarias. Nadie a la que le mutilan un hijo de esa manera se va a quedar tranquila. Mira a las mamachas peruanas, a las 'rosas cuchillo' buscando los restos de sus niños en los basurales. A las madres chilenas recogiendo huesos del desierto. A las madres de mayo. Cuando se es mamá no se para de luchar ni de buscar ni de morir. Hoy las madres están clamando en las fronteras, en Gaza y en el campo de batalla de sus cuerpos.

¿Cómo es la relación entre escritura y la crianza de una hija adolescente?

Los hijos no son una página en blanco. Es todo reescritura y sobrescritura. Hay eso sí mucho bloqueo, no creativo sino en Instagram. A mí me tiene bloqueada. Algún portazo de la musa también recibo. En los peores momentos la solución siempre es la comida basura. Procrastinación a raudales. Finalmente callar y dejar paso a las nuevas generaciones.

En algún momento de la última década perdiste el miedo a volar ¿A qué lo atribuyes?

¿Cómo sabes? Es algo muy íntimo. Tenía tanto pánico de volar que una vez en un vuelo a New Orleans incluso me abracé a una señora alemana. Me cogía de la mano de cualquier pasajero. Miraditas de pavor. Otra vez me puse a rezar a gritos. Pero hace un par de años tuve una depresión muy fuerte. Yo nunca había estado deprimida. No sabía que era eso. No me ponía triste escuchando canciones desde tercero de secundaria. Entonces como fue como estar muerta en vida, dejó de preocuparme morir. No hay nada como pasar miedo para quitarte el miedo.

Tienes 48 años,¿crees que la menopausia afectará tu literatura? ¿Lo has notado en alguna escritora?

Espero que no estés usando menopausia como se ha usado siempre el "está con la regla". O sea para llamarnos locas. Conozco escritoras insoportables, pero no tiene que ver con nada de eso. La menopausia es en parte un estado mental. Saber que algo tan transformador acecha da miedo. Aún no me ocurre pero no tardará. Aunque mi madre dice que ella no la tuvo y que yo tampoco la tendré. Otra amiga dice que fue el tiempo mas feliz de su vida. A lo mejor tiene su cosa perder algo de deseo sexual, igual escribes mas libros, no sé, puede ser. Solo la leyenda oscura de la meno ya nos condiciona y afecta. Tendríamos que llamarle meno, con cariño. La tía Meno. Ya llega a joder. Si hubiera más información y más visibilidad creo que el efecto sería más acolchado. Pero para el sistema todo lo que pasa en el cuerpo de las mujeres es esotérico.

Has escrito textos acerca de tu pelo, característicamente largo y oscuro. ¿Piensas dejarlo pasar a largo y gris o prefieres, llegado el momento, ocultar las canas?

Un gran amor me dijo que mi pelo 'es un reino cuyo rey es la oscuridad', que es un verso de e.e.cummings, y lo voy a creer hasta la muerte. Lo de las canas es feminismo blanco, nunca mejor dicho. Intenta que el rey sea derrocado por la reina de las nieves, esa bicha que solo podía interpretar Tilda Swinton. Por ahora me sostengo arrancándome la blanquitud capilar que intenta invadirme pelo a pelo. Tengo tanto pelo que no me preocupa la calvicie. Pelos largos e hirsutos plateados creciendo como ichu aymara en mi azotea. Sobre qué haré mañana ni yo lo sé. Pero a veces me imagino con un melenón dorado como el de Beyoncé. ¿Quién prohíbe a las marrones ser rubias? 

¿Las escritoras hablan de canas? ¿Cuál dirías que es el gran miedo de las escritoras relacionado con el envejecimiento?

Hablamos hasta de los penes flácidos de los escritores de éxito y no vamos a hablar de las canas. El más grande miedo de las escritoras es quedarse solas. Con algunas amigas hablamos de técnicas de vestuario para evitar rozaduras de muslos gordos. Con otras de la dieta del hambre. Hablamos por supuesto de pastillas y de divorcios. Hablamos de que mucho mejor que el ayuno intermitente para bajar de peso, es el amor intermitente. Hablamos sobre todo de otras escritoras, usando todas nuestras armas verbales, creyéndonos si no las mejores o las más guapas, al menos las más divertidas. Hablamos de cómo romper los monopolios. Hablamos del 21 por ciento de royalties. Hablamos de true crimen. Hablamos del tipo de Tinder y de dinero, de si nos pagaron lo mismo en cierto festival o si tenemos cachés distintos y de que así cómo vamos a hacer la revolución. Hablamos de Sudakasa.

¿Sudakasa?

Sudakasa es un espacio de escritura comunitaria y creación desde las experiencias migrantes, es una casa-refugio y residencia artística que llega para cubrir nuestra falta de "pueblo", porque el nuestro se encuentra allende los mares. En una parcela de olivos, almendros y parras en Castilla-La Mancha. Nos hemos reapropiado del insulto y lo hemos convertido en cuerpo, identidad y memoria de las diásporas para tejer juntas otros relatos de resistencia que enfrenten las violencias contra los de abajo.

¿Qué le dirías a la periodista ‘gonzo’ que escribió un libro como 'Sexografías' en 2008?

Me das ternura, chibola, hiciste el trabajo sucio, te quiero mucho por eso. Me hiciste fama de depravada y eso no envejece.