El amor. El gran tema. Eros y Tánatos. Parece increíble que una fuerza tan elemental como esta, que incluso articula los cimientos de las sociedades, sea tan difícil de explicar. De entender. De acercarnos a ella con palabras. Con sentimientos unívocos. Siglos y siglos de civilización y andamos con lo mismo. Por eso el escritor Alejandro Gándara, premio Nadal y Anagrama de ensayo se ha remangado con el tema. ¿Quiénes somos en el amor? ¿Es fácil amar? ¿Cuál es la diferencia entre las instituciones del amor y el sentimiento? ¿Es posible hoy el amor? ¿Es el amor algo más que cultura?
Lo hace dentro del Circo de Circe, un peculiar y atractivo espacio "donde pensar juntos", creado por la también escritora Nuria Labari. Se trata del segundo encuentro de esta aventura -el primero se dedicó al placer- y tendrá lugar los días 19 y 20 de febrero en Madrid. "Durante el confinamiento lo vi claro. Tuve la necesidad de crear un espacio lejos de obligaciones e incluso de ambiciones. Que reconociera el placer del conocimiento, donde la intuición y la excelencia caminaran de la mano. Quería profundizar en temas frontera que suelen estar en el centro de nuestra vida pero fuera de las agendas: cuerpo, placer, maternidad, vejez, amor, depresión, adicciones, imposturas... En fin. Circe es nómada, mestiza y libre. De hecho, su mayor aspiración es no servir para nada en medio de un mundo obsesionado con la maldita productividad", explica Labari.
En la aventura le acompaña a Gándara la socióloga Alexandra Avís y se articula en tres patas: el amor como descubrimiento del yo, el amor como vía de conocimiento y el amor como epifanía, canto y fusión con la naturaleza. Le hemos pedido a Gándara un jugoso adelanto de cómo entiende él el único asunto en la historia de la humanidad que ha movido montañas y destruido imperios.
Empecemos por el principio: ¿Qué es el amor?
La necesidad de otro, la necesidad de ser otro, la necesidad de que nos conozcan hasta donde nosotros no podemos conocernos, la esperanza de que haya alguien ahí fuera que pueda saber lo que por nosotros mismos jamás alcanzaríamos a saber.
¿De qué se enamora uno?
En el mejor de los casos, de lo que le falta. En la mayoría, de lo que cree que le falta.
¿Aprendemos a amar mal?
Es cierto que el amor es un aprendizaje. Pero un aprendizaje que tiene que ver con el conocimiento y la empatía. Y eso exige atención, una enorme atención. Esa atención puede ser sustraída con el dolor o con la hipocresía. Pero eso no es un aprendizaje, eso es maltrato.
"¿Estoy enamorado? -Sí, porque espero", decía Barthes. ¿Estás de acuerdo?
Me parece una frase sugerente. Pero yo he estado esperando muchas veces y no precisamente enamorado. Es cierto que la espera forma parte del enamoramiento, pero también de la sala del dentista.
¿Quiénes somos en el amor?
El amor, al principio, es aspirar a lo mejor de nosotros mismos. Después, está la vida y la vida es lo mejor y lo peor. El amor es lo que puede con todo eso.
¿Es fácil el amor?
Se enamoran muy pocos. Los hay que creen que se han enamorado porque pierden el sueño, la concentración y el apetito. Pero eso es más bien angustia. El amor en cambio nos hace más grandes, más inteligentes, más honrados, más tranquilos. Y nos permite aceptar las cosas sin condiciones. También el que no nos quieran.
¿Todo el mundo puede?
Casi nadie puede.
¿El amor cambia con la edad?
El amor cambia con el amor. Ni la edad ni la lucha de clases cambian nada. La experiencia la da el amor, uno aprende a amar. Lo demás no significa nada, aunque sepas cuántica o griego.
¿Se enamora uno igual a los 20 que a los 50?
Como ya he dicho, depende de la experiencia en el amor.
¿Y a los 30 que a los 60?
La respuesta es la misma. Amar es el aprendizaje. Yo he conocido a muchas personas enamoradas, pero a muy pocas que hayan amado.
¿Cómo es amar de viejo?
Pues depende del viejo. Yo todavía no he llegado a ello. Además los amores no son de viejos. Son siempre cosa de jóvenes. Como yo. Que aún no he llegado a los 66.
¿Es posible hoy el amor?
Como siempre. Con una buena dosis de entrega y de sacrificio. Aunque hoy el sacrificio es una asignatura olvidada. Queremos premios y recompensas. Entre otras cosas, porque los dan gratis y a cualquiera.
¿Qué cosas creemos que es el amor y no lo son?
La vanidad de sentirse deseado, el prestigio sexual, salir con el más guapo o guapa y, en general, todo lo que tiene que ver con escaparates y miradas de otros.
¿El matrimonio se carga del amor?
El matrimonio puede coincidir con el amor, pero no están relacionados. El matrimonio es una institución y a las instituciones ni se las ama ni están hechas para amar, sino para cumplir con las obligaciones. Yo no amaría a una delegación de Hacienda. Aunque nos fuera bien como pareja.
El sexo sin amor es posible, ¿pero lo es el amor sin sexo?
El sexo sin amor se llama masturbación. Y el amor sin sexo es posible, desde luego, pero no deseable. En esta pregunta falta algo relativo a las almas, me parece.
¿Aprendiste a amar mejor cuando te pusiste a estudiar sobre el amor?
No he estudiado mucho sobre el amor. Y no creo que uno mejore sacando buenas notas, aunque sean mentales. Estudiar por lo general, y no digamos académicamente, sirve para recordarte que ese no era el camino del corazón. Aunque la bibliografía siempre es un consuelo. Si te consuela.
¿Cómo amarán los jóvenes del futuro?
Con dificultad. Como siempre. Aunque espero que algo mejor que yo.