Un 28 de agosto en Lima (Perú) nacía hace ahora 100 años Fernando Fernán Gómez. Intelectual y hombre de letras de finales del siglo XX en su máxima expresión, su imagen vive algo más reducida en el imaginario colectivo como la de un hombre gruñón, de mal carácter y de respuestas impredecibles. Sí, todos recordamos el famosísimo "¡a la mierda!". Pero antes de que las redes sociales o YouTube permitiesen viralizar sus salidas de tono, Fernán Gómez ya había dejado por escrito en sus propios textos o en entrevistas, frases y reflexiones míticas que aquí recopilamos. Como dijo Manolo Vicent y recoge Luis Alegre en el prólogo de sus memorias 'El tiempo amarillo': "todo lo que salía de la boca de Fernando era proteína pura".
"El trabajo es un castigo. La Biblia lo dice. Lo impuso Dios y, que sepamos, no lo ha levantado".
"Yo estoy muy capacitado para no hacer nada. Yo no soy una persona de estas de dicen que necesitan estar trabajando porque si no no se realizan. Si yo hubiera sido heredero, habría estado perfectamente sin hacer nada". (Entrevista en La 2 de TVE).
"El éxito y el fracaso no son hechos, sino sensaciones".
"Rara y admirable cualidad la que tienen algunas personas de saber cuándo deben comportarse como secundarios. Y cualidad imperdonable la que tienen otros de erigirse obstinadamente en protagonistas aun en los momentos más inadecuados". (Meditaciones en el metro. 'El tiempo amarillo').
"Los jóvenes tienen una absoluta ignorancia de lo que va a ser de ellos. Los viejos tenemos una firme certeza sobre qué fue de nosotros".
"Hay muchas posibilidades de que el estilo de vida anarquista no sea viable. Y quizás unas pocas de que sí lo sea. Pero de cualquier modo, no podemos comprobarlo. No hay país ni región ni esquina perdida de la Tierra en la que se esté llevando a cabo el experimento. Y cuando en algún perdido rincón un grupo de locos se atrevió a probar, fueron exterminados a sangre y fuego. Y la sangre y el fuego vinieron tanto de la derecha como de la izquierda". (Confesión de principios. 'El tiempo amarillo').
"Lo que siento por la anarquí es una enorme curiosidad; una esperanza. El resto de opciones políticas no me satisfacen, están basadas en el engaño".
"Muchos hombres y mujeres encuentran su placer erótico en la variación, otros en la mutua fidelidad y algunos en entregarse místicamente a los deleites de la imaginación. Por desgracia, a todas esas formas de pasarlo bien en el amor se corresponden otras tantas de pasarlo mal. (Al hilo de la política y al margen de mi oficio". 'El tiempo amarillo').
"Me gusta pegar a las mujeres". Sobre esta frase intolerable que pronunció en una entrevista con Pilar Eyre hace casi cuatro décadas y que entonces no causó el revuelo ni se tachó de comportamiento violeto, machista y misógino como ocurriría hoy, se pronunció más tarde el propio actor. "De pequeñito descubrí que maltratar a un ser vivo me producía mucho más placer que dolor. Yo era un sádico. A las mujeres, mis mujeres, yo las pego". (Entrevista con Pilar Eyre en Interviú. 1982).