Había reunido componentes más que suficientes para hacer una buena novela: la cadencia de The Beatles, el donaire gaditano y la ciudad de Londres como fetiche. A Mila Fernández de la Puente (Cádiz, 1964) le faltaba tomar la vida y estrujarla con el corazón, tal y como sugirió Camilo José Cela. Así lo hizo y hoy tiene su primera obra en el mercado editorial, 'Volveré de nuevo', un título genial e intuitivo inspirado en 'I’ll be back', uno de los himnos de la banda de rock británica.
A partir de ahí, Fernández de la Puente nos sumerge en un libro introspectivo que condimenta con piezas y personajes que, de algún modo, forman parte de su biografía y comparten nuestro imaginario colectivo. En sus páginas el lector se topa con The Beatles y viaja a esas ciudades, Londres, Liverpool y Cádiz, de repente convertidas en el Macondo de Gabriel García Márquez, su autor favorito desde que leyó 'Cien años de soledad'. Es decir, en el lugar de todas las cosas. "Son espacios que hipnotizan y en ellos he disfrutado de una vida llena de anécdotas alimentando mi cabeza con ideas e imágenes que están en la génesis de la novela, sin que eso signifique que sea una novela autobiográfica", explica.
Sería inexacto decir que es escritora novel. "Aunque 'Volveré de nuevo' es mi ópera prima, mi vínculo con las letras arranca mucho antes, casi desde unos primeros garabatos que con siete años empezó a dejar entre las páginas de 'Mujercitas'. Esta novela, que inspiró a millones de lectoras, fue mi primera lectura". Entonces quiso ser Jo, la muchacha quinceañera huesuda, intelectual y valiente en la que también Simone de Beauvoir vio reflejado su futuro: "Compartía su amor por los libros. Escribía y para imitarla mejor compuse dos o tres cuentos", publicó la autora francesa en su biografía. La sombra de esta novela feminista y familiar estuvo presente en la juventud de Fernández de la Puente y creció soñando despierta que quería ser Jo, aunque figurándose que los autores debían de ser seres tocados por el dedo de Dios.
"En silencio y haciendo de ello mi gran oficio oculto, empeñé ratos eternos a la lectura, a la escritura en solitario. Escribir, borrar y volver a escribir. Al final se trata de poner un poco de orden". Esto le fue acercando un poco más a García Márquez, de quien recibió el honor de un libro firmado, en 1987, cuando el escritor visitó Cádiz. Con él comparte, además de raíces gallegas, un manejo de las palabras que le permite encajar las historias en un relato de amores, misterios y delirios. En enero de 2019 comenzó a unir retazos hasta dar por finalizada una novela que sintetiza así: "La ordenada vida de Paula en Londres se derrumba y decide viajar a Liverpool buscando el consuelo de su madre, una gaditana excéntrica que se gana la vida con tours guiados sobre los Beatles. Decide que el mejor bálsamo para su hija es Cádiz. En esta ciudad descubre una ciudad alegre y luminosa, una familia, un amor de verano y el diario de un antepasado. La novela transcurre en una casa heredada del siglo XIX".
Una vez que la dio por terminada, la autora tenía dos opciones: dejarla amodorrada en algún cajón, como había hecho hasta ahora con sus manuscritos, o echarla a volar. "Antes de decidir, preferí pedir su parecer a tres personas de confianza. Su dictamen, además de positivo, fue muy alentador, por lo que me animé a llamar a varias editoriales". En este momento conoció el camino más ingrato para cualquier escritor que aspira a ver su obra colocada en las estanterías de una librería. Ella lo tomó como un tanteo más. "Mi gran empeño era terminar la novela y eso estaba ya cumplido. Lo que pudiese venir después era un regalo. Tengo mi trabajo, mi edad, mi vida completa… Sin embargo, no negaré que verla por fin publicada es una de las mayores satisfacciones que me puede dar la vida". Tan en serio se ha tomado su oficio de escritora que ya tiene casi lista su segunda novela. "El libro acabado te impulsa a ir a por el siguiente", comenta.
Cumplirá 56 años el 4 de diciembre, casualmente el mismo día en que sale a la venta el libro, y la pregunta que se hará todo lector es ¿cómo lo ha conseguido? "Publicar no es fácil. Antes de nada, hay que sacudirse los prejuicios y saber que hay que invertir dinero, ilusión y tiempo", nos avanza la autora. La primera idea que a uno le viene a la mente es una editorial tradicional. Es poco realista, aunque no está de más recordar que muchos de los grandes literatos fueron rechazados en alguna ocasión. Ella pateó las editoriales y presentó su propuesta. "Unas veces te responden, otras ni se molestan".
A Fernández de la Puente le quedaba la opción de autoeditarse y, después de valorar diferentes opciones, optó por la autoedición en una pequeña editorial, Cazador de Ratas. "Enredarse uno solo en la corrección, la impresión, distribución y promoción es una locura". La autoedición va ganando peso en el mercado editorial, tanto en cantidad como en prestigio. La cuota del mercado superaría, según el Observatorio de Lectura y del Libro, el 20% si se contase la autoedición invisible, es decir, las obras autopublicadas que no pasan por el registro del ISBN. El crecimiento es imparable.
Cazador de Ratas es una de esas editoriales tradicionales que, ante la avalancha de autores nuevos, decidió crear su propio sello de autoedición. Su directora, Carmen Moreno, también escritora, nos ofrece una guía sintética, pero muy clara, para que todo upper cumpla su sueño de autoeditarse su libro:
Otra opción es la autopublicación digital, es decir publicar un libro electrónico. Existen varias plataformas que ofrecen la infraestructura necesaria para editar un eBook y lanzarlo al mercado. En cualquier caso, puede ocurrir que una editorial decida publicarlo después. Le ocurrió a la autora Mónica Gutiérrez con su quinta novela, 'La librería del señor Livingstone'. Después de su éxito durante el confinamiento, Ediciones B quiso publicarla. Las reseñas que hicieron sus lectores fueron decisivas. También 'Volveré de nuevo' tiene ya su puesto asegurado en algunas librerías. La primera será La Ratonera, en la calle Beato Diego. En su Cádiz, por supuesto.