Ricardo Darín: "Ni en pedo pienso en jubilarme"

Ricardo Darín está inmerso en la promoción de su última película, 'Argentina 1985', donde se pone en la piel del fiscal Julio César Strassera, para adentrarse en la dictadura de Videla. Imposible no echar la vista atrás, de esa Argentina, cuando era un veinteañero. Han pasado casi cuarenta años desde entonces. Durante su estreno en el Festival de Venecia hace apenas un mes, reflexionó sobre lo que suponen los 65. Desde que los cumpliera el pasado 16 de enero, todo se lo recuerda. Como cuando fue a esquiar y, al ir a pagar, le cobraron un 50% menos. Algo que le sorprendió sobremanera, como si no fuese con él, porque se encuentra con la misma energía. Así lo ha contado en una entrevista con 'El País'.

Le gusta trabajar

Ni en pedo pienso en jubilarme", explica Darín. Con él, lo de retirarse no va: "No se me ha cruzado por la cabeza. Me gusta trabajar". ¿Qué pasaría si dejase de actuar? "Cuando no lo hago además soy un desastre. En tres días soy capaz de abandonarme, me encanta no hacer nada". El trabajo me organiza, me arma una agenda”, añade.

Trabaja con su hijo Chino

El actor habló también sobre su momento actual. "Me siento muy bien. Cada vez que tengo un proyecto con carne entre manos, soy feliz". Acaba de trabajar codo con codo con su hijo Chino, con el que ha montado una productora (con la ayuda de Federico Posternak) para poner en pie proyectos que les apasionen: "Nunca imaginé que armar una productora nos iba a demandar tanto trabajo real, de energía, tiempo". Su vida es un no parar: "Nos llegan proyectos, leemos, devolvemos, corrigiendo, encuentros". explica.

Un privilegiado

Hace un balance y se considera un privilegiado "que ha hecho de todo, que hizo cosas buenas, muy buenas, malas, regulares". También agradece lo que le ha dado su profesión: "Uno nunca puede dejar de reconocer esto. Tener la suerte de llevar adelante mi oficio, y ahora desde otro lugar, es un privilegio".  

La frescura de las promesas

Echando la vista atrás y con esta energía, Darín no se acomoda a pesar de que lleva una exitosa carrera de varias décadas. Le gustan las metamorfosis, las reinvenciones. El 'suegro' de Úrsula Corberó se planteó hace unas semanas, según explicó en otra entrevista en 'El Mundo', qué cambia cuando uno ha recibido ya muchos laureles: "Estaba frente al espejo y me puse a hablar conmigo mismo: 'Estoy harto de ser un actor consagrado'. No sé, algo tengo que hacer al respecto, porque esto así no va a buen puerto".