Últimamente las grandes giras internacionales pasan por Barcelona y se olvidan de Madrid. O al menos esa es la sensación general. Bruce Springsteen acaba de ofrecer dos recitales multitudinarios en la Ciudad Condal, Coldplay darán cuatro consecutivos a finales de mayo, Elton John efectuará dos paradas en su gira de despedida, Beyoncé tiene fecha reservada a principios de junio y Madonna celebrará dos shows a principios de noviembre. Vale, en Madrid se espera a Metallica, Guns N' Roses y a Bob Dylan, pero más allá de los grandes festivales como el Mad Cool la desproporción es evidente. ¿A qué se debe esta preferencia que tienen los grandes artistas por Barcelona?
En realidad no es un fenómeno exclusivo de este año. Ya antes de la pandemia había una tendencia a que los grandes eventos internacionales recalaran en la capital catalana y no en Madrid. La principal razón se explica por cuestiones geográficas, el routing, la ruta marcada por estas grandes giras. El nuevo paradigma cada vez apunta más a realizar un concierto por país o más de uno pero en la misma ciudad. Y la realidad es que Barcelona suele quedar más cerca y más de paso.
La Ciudad Condal está muy cerca de Francia, lo que hace que el trayecto a la próxima ciudad de las giras "sea mucho más corto" y los artistas "se ahorren horas" y dinero en transporte, apunta el presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), Patxi Miranda, a Europa Press. No olvidemos que este tipo de montajes pueden llevar hasta 50 camiones de producción, por lo que hacer varias fechas en la misma ciudad tiene todo el sentido del mundo en términos de rentabilidad.
Otra razón directa es el tamaño y la disponibilidad del recinto. Sabido es que hoy por hoy los artistas no ganan dinero con la venta de discos, ni siquiera con las reproducciones, sino con los conciertos. Por eso suben su caché y los promotores a su vez tienen que aumentar el precio de las entradas y meter a cuanta más gente mejor. Por eso se decantan por espacios que aseguren el evento.
Madrid dispone del Santiago Bernabéu y el Civitas Metropolitano como grandes recintos, pero durante la temporada futbolística no están disponibles, lo que no deja más espacios de esa envergadura. En Barcelona, sin embargo, el estadio Olímpico de Montjuic, que ha acogido los conciertos de Springsteen y acogerá los de Coldplay, es una buena alternativa al Camp Nou al no tener limitaciones de fechas por eventos deportivos.
En cuanto a recintos medios en la capital, Las Ventas o Vistalegre sólo pueden acoger conciertos durante fechas muy específicas. Sí, está el Wizink Center, con capacidad para 15.000 personas, pero el Palau Sant Jordi es más grande, 3.000 plazas más que dan la posibilidad de hacer una taquilla mayor. 6.000 entradas más en dos días pueden marcar la diferencia a la hora de elegir una ciudad u otra.
Miranda incide en que los recintos de la Ciudad Condal cuentan con "bastante más aforo" que los de Madrid, lo que supone "más ingresos". Y en relación con lo económico, también apunta que la gestión pública de los recintos de Barcelona hace que "la balanza se incline" hacia esta ciudad frente a Madrid, donde prima la gestión privada que "encarece" el coste. Por su parte, el presidente de Live Nation en España, Pino Sagliocco, niega que la elección esté condicionada por el apoyo institucional.
La tendencia podría cambiar a partir de 2024 con la inauguración del nuevo estadio Santiago Bernabéu, que sí podrá competir a nivel de aforos con los de Barcelona y cuyas características harán "muy probable" que se pueda utilizar para conciertos incluso "en periodos de Liga", según el presidente de la APM. Un novedoso sistema de bandejas de césped retráctiles permitirá acoger un partido en domingo y una actuación a los pocos días sin que sufra el terreno de juego.
El proyecto de reforma del estadio, que ha llevado cuatro años , estará acabado en diciembre y ya se está trabajando en reservas del espacio de cara al próximo año. Los rumores apuntan a AC/DC, U2, Iron Maiden y Bon Jovi. Con una capacidad prevista de 65.000 espectadores en formato concierto, otro de los aspectos importantes de la reforma ha sido la adecuación de los túneles de producción, que antes eran demasiado estrechos y dificultaban los grandes montajes e directo.
La respuesta vendrá de la mano de la remodelación del Camp Nou, que obligará al FC. Barcelona a trasladarse al Olímpico al menos durante la temporada 2023-24, y que puede provocar que la agenda musical barcelonesa sufra alguna baja de postín. Pero después el estadio azulgrana, que también quiere incorporar el césped retráctil, podrá albergar conciertos todo el año como el nuevo Bernabéu. La carrera por traer más artistas sigue abierta.