Mick Jagger y Keith Richards siempre han sido la extraña pareja del rock'n'roll. Un matrimonio de conveniencia en el que los dos se han querido mucho pero también se han llevado a matar. Como el gato y el ratón. O como el agua y el vino. O como el ying y el yang. Siendo tan distintos resulta admirable que se las hayan arreglado para mantener unidos a los Rolling Stones durante más de 60 años. Incluso hoy siguen siendo opuestos. Mientras uno lo goza todo a ritmo de reguetón en una discoteca rodeado de jóvenes, el otro se lamenta de cómo suena la música actual en una entrevista a 'The Telegraph': Abuelo enrollado vs abuelo cebolleta.
Ocurrió durante la celebración del 80 cumpleaños de Jagger el pasado mes de julio en una multitudinaria fiesta en Londres, pero las imágenes se han viralizado ahora. En ellas el cantante aparece en una discoteca bailando de forma desenfrenada el tema 'Pepas' de Farruko junto a su pareja la coreógrafa y exbailarina del American Ballet Theatre, Melanie Hamrick, de 36 años. Sin prejuicios, en su salsa, con esa envidiable forma física que no doblegan ni la edad ni los achaques.
La realidad es que Jagger siempre fue el Stone más interesado en lo que ocurría en las discotecas, mientras que Richards era quien se habría quedado toda la vida escuchando blues en garitos mugrientos. Fue el vocalista quien empujó a la banda a adoptar ritmos bailables a finales de los 70, en el momento de mayor auge de las plataformas y las bolas de espejos, y de ahí surgió un éxito disco tan irrebatible como 'Miss You'. Y ya en los 80 fue Jagger quien se empeñó en calzar sintetizadores, cajas de ritmo y sonoridades propias de la época en los discos de la banda, ante el mohín de desaprobación de Richards.
Mick, siempre atento a los sonidos más cool del momento; y Keith, el guardián de las esencias más puristas. Nada ha cambiado, pues. Y a nadie sorprende que el guitarrista, a los 79 años y en plena promoción del inminente 'Hackney Diamonds', siga considerando la música actual como “basura” que se construye de manera masiva y se deshecha fácilmente. “No quiero empezar a quejarme de la música pop. Siempre ha sido basura. De eso se trata. La hacen lo más barata y fácil posible y por eso siempre suena igual; hay muy poco sentimiento en ella”, asegura Keef.
“Me gusta escuchar música hecha por gente que toca instrumentos. Es decir, no me gusta oír música de plástico sintetizado, como se conocía antes, lo que se oye en los ascensores, que ahora es lo normal”. Y tampoco le agrada el hip hop: “No me gusta que me griten y me digan que es música, también conocida como rap. Ya tengo bastante con eso sin salir de casa”.
Ahora se ha sabido sabido, gracias a un reportaje del New York Times, que en el nuevo disco por primera vez en muchos años Jagger y Richards han escrito un tema, 'Driving me too hard', juntos en una habitación. Es decir, que los glimmer twins aún son capaces de ponerse de acuerdo en algo pese a todas sus diferencias. “Creo que nos llevamos muy bien en este disco. Por supuesto que tenemos desacuerdos sobre cómo deberían ser las cosas, pero creo que eso es bastante normal", sugiere Mick. “Lo amo muchísimo y él me ama muchísimo, y dejémoslo así”, zanja Keith.