Marilia, casi 30 años después de Ella Baila Sola: "Merecemos poder avanzar"

  • La cantante está de gira con su tercer trabajo en solitario, 'Bailar Conmigo'

  • Le enorgullece que le sigan pidiendo en sus conciertos 'Amores de barra', 'Mujer florero' o 'Cuando los sapos bailen flamenco'

  • Hablamos con ella de cómo compuso aquellas canciones (y las nuevas) y de lo que significó la ruptura de uno de los dúos más importantes de los noventa

La voz de Marilia (Ella Baila Sola) provoca esa magia de colegas que se ven de nuevo después de un tiempo y al calor de la hoguera se cuentan todo lo que ha pasado durante la ausencia. Es esa sensación intensa la que despierta desde los primeros acordes de la guitarra y así lo siente ella también ahora que ha regresado con su tercer disco en solitario que, curiosamente, ha titulado 'Bailar Conmigo'. Nos recibe recién llegada de México, después de una exitosa gira, y nos dice que está encantada: "Es un reencuentro con amigos en directo, revivimos lo bueno y nos ponemos al día. Mi mayor regalo es esa conexión maravillosa que tenemos, poder recibir y dar tanto cariño".

Conectar con la raíz para celebrar el presente

Ella Baila Sola, integrado por Marilia (Cuenca, 1974) y Marta Botía (Madrid, 1974), fue uno de los dúos más exitosos de los noventa. Marilia es, por tanto, parte de la historia de la música pop española. A punto de cumplir 49 años, vive su etapa más vital y reconfortante en la que aprecia cada tramo del día. Sus nuevas canciones hablan de libertad, superación y sueños. 'Bailar conmigo' dice que podría definirse como "un resumen de lo vivido que le ha permitido conectar con lo esencial, con la raíz, con aquella niña que fantaseaba con componer canciones. Y, a partir de ahí, celebrar el presente".

Con siete u ocho años ya sintió el gusanillo creativo en el cuerpo y a los once escribió sus primeras canciones. Bisnieta del lingüista Julio Casares, autor del Diccionario ideológico de la lengua española y destacado violinista, hay que reconocer que el talento lo lleva en la vena. También su abuela fue pintora de arte abstracto y su tío Cristian Casares creó el carro de Cómicos de la Lengua. Con este potencial estimulador, en la habitación empezaron a bullir composiciones tan aplaudidas como 'Mujer florero', que la creó cuando apenas tenía 20 años, pero sin sospechar que reventaría las listas de éxitos.

De cantar en garitos a vender millones

A Marta Botía la conoció en el colegio bilingüe San Agustín, en Madrid, cuando estudiaban COU. Sus voces, magníficamente empastadas, parecían destinadas a unirse. Primero hicieron los coros para una banda de rock y poco después formaron el dúo The Just, que cantaba en inglés. El vuelco definitivo llegó cuando Javier Álvarez, uno de los cantautores más populares de los noventa, las descubrió cantando en el parque madrileño del Retiro y les aconsejó que contactaran con el productor Gonzalo Benavides. Este acudió al local The Harp, en el barrio de Malasaña, en el que actuaban un domingo que pudo considerarse el punto sin retorno de Ella Baila Sola.

El nombre lo sacaron de una canción de Sting que decía "ellas bailan solas". Era perfecto para transmitir esa imagen de mujeres poderosas

El nombre lo sacaron de una canción de Sting que decía "ellas bailan solas". Era perfecto para transmitir esa imagen de mujeres poderosas e independientes. No pudieron tener mejor tino. En su debut homónimo, en 1996, vendieron más de un millón y medio de discos, una cifra que hoy sería impensable. Su primer sencillo, 'Lo echamos a suertes', fue número uno absoluto durante varias semanas en España y Latinoamérica. Era solo el preludio de lo que vendría después. En poco más de un año dieron más de 100 conciertos. Repitieron triunfos y notoriedad en 1998, cuando presentaron su segundo disco, 'E.B.S.', y también con el tercero, 'Marta&Marilia', con el que consiguieron una nominación a los Grammy Latinos.

El motivo de su ruptura

Por desavenencias personales insalvables, por evitar caer en la inercia o porque las rupturas y los giros son parte natural de la vida artística, en octubre de 2001 anunciaron su disolución. Un mes antes, la compañía EMI Odeón había lanzado el disco recopilatorio con lo mejor del dúo. En 2021 se reencontraron para celebrar su 25 aniversario en una gira que le dio la oportunidad de agradecer a su público y a quienes formaron parte del grupo el cariño recibido. "Sentirme agradecida lo cura todo. Es una gran lección que he aprendido", reconoce.

Sentirme agradecida lo cura todo. Es una gran lección que he aprendido

Fueron millones de discos, giras, viajes, fama… Y todo con veintitantos años. Marilia necesitó tomarse un tiempo para digerir todo aquello y reconectar lo más valioso de sí misma y con su música. Incluso cuando apenas se ha sabido de ella, no ha parado de crear. En 2013 grabó 'Subir una montaña', creando su propio sello y editándolo de forma independiente. En 2017 presentó 'Infinito' y este año su tercer disco en solitario, 'Bailar conmigo'. "Este último -señala- suma todo lo que he vivido. En él canto y celebro pasado y presente. Mi gira es, por tanto, una continuación valiosa".

Empoderamiento divertido y nada forzado

No le pesa que Ella Baila Sola siga siendo su carta de presentación, sino que lo toma como un reconocimiento y un paso que fue necesario para evolucionar como artista y como autora. Tampoco le importa que le sigan pidiendo canciones que varias generaciones llevan tatuadas en su biografía, con ese punto de empoderamiento femenino divertido y nada forzado . 'Cuando los sapos bailen flamenco', 'Mujer florero', 'Lo echamos a suertes' o 'Amores de barra' son melodías imborrables y sencillas. Están tan cosidas a la letra que con unos acordes la canción discurre sola en nuestra memoria.

"Mis canciones -dice- son como hijos y comparto las nuevas con la misma ilusión. El público es generoso y abierto y me encanta que me sigan pidiendo canciones de siempre y canciones nuevas. Voy probando, añadiendo temas en cada concierto, según lo siento. Mi set list ha ido cambiando. Es bonito que las canciones sigan vivas y acompañando a la gente en su día a día. Los conciertos son un reencuentro precioso con el público. Cantar juntos aquellos éxitos o 'Una cueva en el invierno', del nuevo disco, es muy emocionante para mí. 'Bailar conmigo' añade y suma mi presente al camino que ya hemos recorrido juntos".

Cada canción es la fotografía de un momento mágico para mí y cada una tiene su historia detrás

Deja claro que Marilia es la autora de siempre, la cantante que cuenta historias cotidianas con un punto de vista femenino y siempre positivo. Le divierte componer y cuando llega ese momento que le inspira, siente la necesidad de grabar sin esperar a más. "Cada canción es la fotografía de un momento mágico para mí y cada una tiene su historia detrás. En todas está la pasión por sentir, por buscar, por conocerme a mí, a alguien o algo, por expresarme y compartir, aunque lo maravilloso es que quien las escucha las llena con su vida y le da su propio significado". Es así desde que compuso 'Cuando los sapos bailen flamenco'. "Hablo en ella con bastante humor y nostalgia de una separación y un volverás. El título me hizo sonreír".

Vegetariana y practicante de yoga

Su música, entre pop y folk, está hecha de forma independiente, artesanal y con absoluta libertad. Nos confiesa que esta libertad es la que mejor describe su momento actual, ahora que vive sin los imperativos que exigiría estar en manos de una discográfica multinacional. "Vivo en Madrid, aunque viajo bastante para tocar, y me gusta cuidarme por dentro y por fuera. Intento comer rico, soy vegetariana. Me encanta la naturaleza y hacer yoga y meditar. De hecho, estudié hace muy poco para ser profe de yoga. Me gusta elegir lo que veo y leo. Ahora estoy leyendo a Stefan Zweig sobre la creación artística". No ha tenido hijos, pero disfruta de sus sobrinos. "Crecen rapidísimo", advierte. 'Te estamos esperando' es una canción que empezó a escribir inspirada en ellos.

Siente que su música refleja su camino y que aún "quedan muchos sonidos y canciones por descubrir. Como en la vida, mucho por hacer. Tengo ilusión por todo lo que viene". Le reconforta que los artistas puedan ya hablar y normalizar lo que pasa por sus cabezas. "La música y el arte siempre nos acompañan y sanan de alguna manera. La fortaleza y la creatividad no existen sin vulnerabilidad, no es una debilidad. Siempre me ha interesado lo que ocurría dentro de mí y a mi alrededor, quizá por eso fue natural componer y cantar. Encontrar lo que nos ayuda a estar bien es maravilloso. Al final, el amor a uno mismo y a los demás nos cura. Merecemos querernos tal y como somos, incondicionalmente, y permitirnos y poder avanzar".