Llega la Navidad y con ella todos esos rituales clásicos de los que no podemos prescindir. Poner el árbol con sus luces, escribir la carta a los Reyes Magos, sentarse de madrugada a ver 'Qué bello es vivir' y, sobre todo, hacer las listas de lo mejor del año. En Uppers también somos muy de hacer balance, pero de nuestra propia parcela, de nuestro corralito. Especialmente cuando hablamos de música, porque para disfrutar de ella no necesitamos estar al día de todas y cada una de las tendencias de moda y géneros urbanos que hoy monopolizan los streamings. Confiamos en "los nuestros", en esos artistas que han sido banda sonora de nuestras vidas y que aún hoy se mantienen plenamente vigentes. Y más en un año como 2023, en el que hemos asistidos a varios regresos gloriosos y maravillosas lecciones de madurez bien entendida. Las repasamos.
'Hackney Diamonds' ha sido el gran acontecimiento del rock'n'roll del año. El regreso discográfico de Sus Satánicas Majestades dieciocho años después de 'A Bigger Bang' (2005) tiene tanto de milagroso como de inspirador. Porque nunca antes en la historia habíamos visto a una panda de octogenarios haciendo tamaño despliegue de energía, manteniendo su pacto con el diablo tan vigente como el primer día. El productor Andrew Watt, que ya había trabajado con veteranos como Ozzy Osbourne o Iggy Pop, consigue que los Stones suenen actuales y frescos sin perder su esencia rockera, que Mick Jagger cante como si el paso del tiempo no fuera con él y que el festival de colaboraciones (de Paul McCartney a Lady Gaga, pasando por Elton John o Stevie Wonder) aporte más sabor al nutritivo guiso.
Aún menos prolífico que los Stones es el exlíder de Genesis. 21 años ha necesitado Peter Gabriel para entregar el sucesor de 'Up', el que era su último disco con canciones nuevas hasta ahora. La larga espera ha merecido la pena porque 'I/O' recupera la mejor y más reconocible versión del genio británico, la que exhibió en su cumbre artística y comercial de los 80 con 'So', cuando encandilaba tanto a la crítica como a las listas de éxitos. Con sus 68 minutos y sus dos mezclas diferenciadas (la Bright-side a cargo de Mark 'Spike' Stent y la Dark-side de Tchad Blake), la nueva obra de Gabriel, de 73 años, exhibe musculatura art-rock, dinámicas industriales, orquestaciones líricas y trascendencia filosófica en una sonoridad tan obsesivamente detallista como lo ha sido toda su carrera.
La muerte de Andy Fletcher podía haber sido el momento ideal para poner punto y final a la trayectoria del grupo electrónico más importante de la historia. Pero Dave Gahan y Martin Gore decidieron seguir adelante y rendir tributo al compañero caído con el mejor álbum que pudieran hacer. Sin embargo, el decimoquinto álbum de Depeche Mode no venía envuelto en luto eterno y brumas depresivas, sino que presentaba al ahora dúo en su versión más luminosa y directa de los últimos años. Y contenía su single más efectivo en décadas, 'Ghosts Again', un nuevo clásico que se une directamente al panteón de 'Enjoy the Silence', 'Personal Jesus' y 'Never Let Me Down Again'.
De vez en cuando, y sin seguir ningún patrón reconocible o un guion preestablecido, Blur vuelven a juntarse. En esta ocasión habían pasado ocho años desde 'The Magic Whip'. En ese tiempo Damon Albarn ha sacado cuatro discos con Gorillaz, uno en solitario y otro con The Good, the Bad & the Queen, entre otras colaboraciones. Vamos, que no se ha estado precisamente quieto. Y sin embargo, cuando se junta con Graham Cox y compañía resurge una magia especial. 'The Ballad of Darren' tiene esa brisa melancólica de la mediana edad, del que echa la vista atrás y lo ve todo ya un poco más borroso. Eso no significa que Blur hayan perdido su habilidad para las melodías elegantonas y los parajes atmosféricos, ni para facturar lo que en los buenos tiempos del britpop habrían sido hits pluscuamperfectos, como 'The Narcissist' o 'Barbaric'.
Pocos rockers llevan las canas con más clase y orgullo que Chrissie Hynde a sus 72 años. Y aunque en los Pretenders no quede casi nada de aquel combo que deslumbró a finales de los 70 y principios de los 80, hoy aún son sinónimo de solidez y eficacia. Su nueva colección de canciones incide en ese buen estado de forma que ya lucieron en el anterior 'Hate for sale'. Concentran su fuerza en el impulso de las guitarras ardientes y nerviosas, pero en el repertorio también hay espacio para medios tiempos y números más introspectivos en los que Hynde proclama su carácter libre e indómito.
'Se nos lleva el aire' llega casi en la bocina de fin de año, pero con el estruendo que acompaña casi todo lo que hace Robe Iniesta. Resuelto a su favor el engorroso litigio con Live Nation a cuenta de la no-gira de Extremoduro, el de Plasencia parece celebrarlo a lo grande con una nueva y generosa demostración de genio. Otra entrega de ese frondoso rock entre lo progresivo y lo urbano, entre lo lírico y lo malsonante, que parecía haber tocado techo con el anterior 'Mayéutica' pero que aquí alcanza nuevas cumbres. "Somos más banda de lo que ha sido Extremoduro nunca", ha asegurado Robe en la presentación del disco sobre la formación que ahora le acompaña. Y a tenor del aluvión torrencial de solos y arreglos de guitarras, órganos y violines aquí desplegado, esa afirmación tiene poco de boutade.
En 2022 Christina Rosenvinge llevó a varios teatros un proyecto sobre las idas y venidas de Safo de Mitiline reescrita desde el siglo XXI. Tan satisfecha debió de quedar con el resultado que ha vuelo a sumergirse en el universo misterioso de la genial poetisa griega en su nuevo álbum, el primero estrictamente hablando desde que en 2018 lanzara el aplaudido 'Un hombre rubio'. En estas nueve canciones reinterpreta la obra de Safo desde el pop contemporáneo, desplegando una gama de sonidos que abarcan desde lo tradicional mediterráneo hasta lo electrónico. "Safo es un enigma vivo. Una invitación para imaginar. He jugado a mi antojo con sus versos y con su espíritu", confiesa la artista madrileña.
El año pasado una afección en la garganta de origen desconocido nos hizo creer que el aragonés errante nunca volvería a subirse a un escenario. Bunbury decidió que si no podía cantar en público al menos no dejaría de hacerlo en el estudio, y el resultado de ese encierro fue 'Greta Garbo', uno de sus álbumes más accesibles y directos, con mucho pop, rock, soul y new wave. Paradójicamente, un álbum ideal para defenderlo sobre las tablas. Afortunadamente, el ex Héroe del Silencio terminó encontrando la causa de sus males en el glicol, una sustancia que se usa en el humo de los directos, y podrá presentar estos temas junto a su ya muy nutrido ramillete de clásicos en los conciertos previstos para 2024 en territorio español.
Cuenta Mikel Erentxun que 'Septiembre' nació en aquellos días de pandemia en los que, sin nada mejor que hacer, muchos aprovecharon para saldar cuentas pendientes. Al donostiarra le dio por redescubrir al Elton John deslumbrante de los primeros discos, y ese impulso le llevó a comprarse un piano y empezar a escribir canciones en él en vez de con la guitarra. Le salieron como para hacer un álbum triple, aunque al final se quedó en doble por cuestiones de tiempo y presupuesto. Y sí, 'Septiembre' recuerda a Elton John, pero también a George Harrison y en general a aquellos años 70 analógicos que tanto nos reconfortan.
Hace tiempo que la música de Coque Malla ya no es una invitación a la fiesta como sí eran aquellos primeros discos de Los Ronaldos, pero su último trabajo sí parece marcar un punto de inflexión, en el que su autor toma conciencia de lo pasajero de nuestro paso por el mundo. Quizás tenga que ver con la edad, con la paternidad o con la muerte de algunos seres cercanos, pero 'Aunque estemos muertos' se nutre de una tristeza lóbrega que, sin embargo, no renuncia a la luz. Y de ese contraste de emociones tan real surge el que quizás sea el mejor disco de Coque Malla.
Aunque M-Clan no han parado de tocar y girar en los últimos años, su carismático frontman, Carlos Tarque, parece preferir meterse en el estudio en solitario. Su segundo disco sin la banda retoma la senda del primero, puro hard rock de los 70 con sabor a AC/DC, ZZ Top, Ted Nuget o Free. Crudo, directo y sin adornos. Es decir nada nuevo ni sorprendente, pero tan acogedor y reconocible como ese hogar al que uno siempre termina volviendo por mucho que viaje. Y claro, está la poderosa voz de Tarque, la mejor que hay en nuestro país cuando se trata de rockear directo y al pie.