El show debe continuar: Kiss vende sus canciones, nombre e imagen por 300 millones

Kiss se despidió el año pasado tras su (tercera) última gira, pero no dice adiós. Es decir, Paul Stanley y Gene Simmons pueden haberse bajado de sus plataformas para siempre, pero el show debe continuar. Por eso han vendido su catálogo, marca y propiedad intelectual a la empresa sueca Pophouse Entertainment Group, responsable del espectáculo de avatares en directo de ABBA, por la nada despreciable cifra de 300 millones de dólares.

La compañía planea utilizar la misma tecnología de los shows de los artistas suecos con la popular banda americana de hard-rock con el propósito de "exponer" su música a las generaciones más jóvenes, según ha explicado su director general, Per Sundin. Y de hacer caja, claro. Para ello, la empresa sueca poseerá las canciones, el nombre, la marca y la imagen, incluidos los famosos diseños de pintura facial de Kiss.

"¿Adquisición? Es una colaboración"

Por si acaso, Gene Simmons, el demoníaco bajista y vocalista de la banda, ha querido dejar claro que no es una adquisición, sino que se trata de una "colaboración": "Sería negligente en nuestro deber fiduciario inferido abandonar lo que creamos. La gente podría malinterpretarlo y pensar que Pophouse está usando nuestra imagen y nosotros estamos en Beverly Hills de brazos cruzados. Eso no es así. Estamos en la trinchera con ellos. Hablamos todo el tiempo. Compartimos ideas. Paul (Stanley) y yo especialmente, con la banda, seguiremos comprometidos con esto. Es nuestro bebé".

No es la primera vez que Kiss se alía con Pophouse, ya que la compañía sueca ha sido la responsable de diseñar los avatares digitales de los miembros de la banda, tal y como revelaron al final de un concierto en el Madison Square Garden de Nueva York el pasado mes de diciembre. Una tecnología creada junto a Industrial Light & Magic, la empresa de efectos especiales que creo George Lucas.

Experiencia inmersiva en la estela de ABBA

Lo que no está claro es para qué se utilizarán estos avatares digitales de Kiss, aunque Sundin ha dejado caer que los fans pueden esperar una película biográfica, un documental y, por supuesto, una gran experiencia inmersiva. Este espectáculo de avatares podría estar listo para estrenarse a finales de 2027 y probablemente sería exhibido mundialmente.

El ejemplo ha seguir es el 'ABBA Voyage', que permitía a los fans asistir a un concierto del cuarteto sueco en su momento de mayor apogeo. "Fuimos a ver el espectáculo de ABBA y nos dejó boquiabiertos", explica Simmons a 'Fortune'. "Desde entonces, la tecnología ha mejorado a pasos agigantados. Hemos visto bocetos de cómo será y parecemos los X-Men".

Kiss es la segunda inversión de Pophouse fuera de Suecia. En febrero, la cantante Cyndi Lauper se asoció con la empresa en un acuerdo que incluye la venta de la mayoría de su música y un nuevo proyecto que ella ha calificado como una “pieza de teatro inmersivo” que transporta al público a la Nueva York en la que creció.

El negocio de la venta de derechos musicales

La popular banda de rock se suma a otras estrellas musicales que en los últimos tiempos se han decantado por vender los derechos de sus canciones. Bob Dylan vendió el 100 % de su catálogo, que incluye más o menos 600 canciones, por por cerca de 350 millones de dólares a Universal. Neil Young se deshizo de la mitad de sus obras de toda una vida por un acuerdo estimado en 150 millones de dólares, y Bruce Springsteen liquidó los derechos de reproducción de todas sus canciones a Sony por 500 millones de dólares.

Y no es solo tendencia entre los artistas más veteranos. Shakira vendió todo su repertorio a Hipgnosis Songs Fund, una compañía británica de inversión en propiedad intelectual de música, pero también han realizado operaciones similares Imagine Dragons, David Guetta y Justin Bieber.