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Al séptimo mes del genocidio en Gaza, y cuando las cifras alcanzan los 14.000 niños asesinados, los votantes eurovisivos españoles le dieron a Israel los ansiados 12 puntos. Israel les devolvió 0. Ya se sabe que una cosa no tiene que ver con la otra. O no debería. Pero mientras aún resuena en nuestra cabeza la estupenda opereta no binarie de Nemo, es imposible no pensar que Eurovisión ha 'roto el código' que se autoimpuso al darle puerta a Rusia por Ucrania y abrazar el huracán israelí. Y sí, hubo ventolera.
El asunto empezaba a salirse de madre un día antes de la final, cuando Joost, el representante de Países Bajos fue excluido de los ensayos por un oscuro incidente. Horas más, tarde la organización alegaría que se trató de un desencuentro con una de los miembros del equipo de producción que grabó al artista cuando esté había pedido que no se le grabara. Como respuesta, la televisión pública de ese país dijo que no participaría en la votación. Y no lo hizo.
Posteriormente, y ya solo unas horas antes de la finalísima, la presentadora noruega del festival, Alessandra Mele, abandonaba diciendo que el lema del mismo, 'Unidos por la música' ahora eran para ella "palabras vacías" y denunciaba el genocidio en Gaza. Acababa su comunicado con ese "Palestina libre" tan temido por la organización. Fue sustituida.
El resto, salvo el alegato del representante francés de estar "unidos en la música, sí, pero con amor por la paz", fueron esos abucheos selectivos en la gala que elevaron al máximo la tensión de una edición cuyo verdadero final no fue el triunfo de 'The code', sino el anuncio de la representante de Israel de que nada más acabar el certamen, se alistará en el ejército de su país. \_(ツ)_/
Desde aquello de Chiquilicuatre, España no ha dejado de dar bandazos entre su apuesta, supuestamente temeraria, por lo friki, y tratar de subirse a la carrera a la tendencia del momento. Le ha ido mejor de este último modo (¡Channel!) pero con 'Zorra' de Nebulossa decidió tirar por la vereda de en medio y presentar un número de Rafaella Carrá en pleno s. XXI. Optó Europa por derogar el 'zorrismo' de Mery Bas y sus señores en tanga y le adjudicó nada menos que 32 ceros lacerantes. La única que pareció entenderlo fue, naturalmente, Italia, que nos regaló los siete puntos del 'honor'. Los Nebulossa dicen estar felices porque su 'único objetivo' era que el tema saliera bien (porque para eso van los concursantes a los concursos) y como salió bien, pues ya está.
Siete meses de guerra, los palestinos cuentan 35.000 muertos, Unicef dice que esta es una guerra "contra los niños", la ONU considera 'plausible' que el genocidio sea, de hecho, un genocidio. Dan ganas de decir como Mónica Naranjo, esa eterna ausente del festival: "Mientras aplauden tras el telón / en el ocaso mueres / vieja Europa". Pero esto es un festival, así que mejor digamos con Nemo: "Fui al infierno y volví, para encontrar mi camino".
Por cierto, se cumplieron 50 años del 'Waterloo' de ABBA. Eurovisión quiere escapar de la guerra pero la guerra siempre vuelve.