Manuel Gara López, el padre de la icónica cantante española Alaska, cuyo verdadero nombre es María Olvido Gara Jova, es una figura envuelta en cierto misterio y fascinación. Su historia es la de un exiliado asturiano que se reinventó a sí mismo como joyero en México, país donde nació su famosa hija. Su vida y su trasfondo cultural jugaron un papel crucial en la formación de la identidad de Alaska, quien se convertiría en una de las figuras más emblemáticas de la Movida Madrileña.
Nacido en Asturias en el año 1912, Manuel Gara López emigró a México en el año 1939 huyendo de las secuelas de la Guerra Civil Española. Allí, tras pasar por Panamá, encontró oportunidades en la joyería, un oficio que requiere precisión y arte, características que quizás influyeron en la futura carrera artística de su hija.
De hecho regentaba una joyería junto a su mujer en Ciudad de Méjico - donde nació su hija -, hasta que volvió a España, en el año 1973. A partir de entonces se estableció en Madrid, donde permaneció hasta su muerte en el año 2007.
La historia de Manuel es representativa de muchos españoles que se vieron obligados a dejar atrás su país en esa época oscura de nuestras tierras, buscando nuevas oportunidades en el extranjero mientras mantenían viva su herencia cultural.
Alaska siempre ha hablado con cariño y respeto sobre su padre, reflejando la influencia significativa que este tuvo en su vida. Aunque los detalles específicos sobre la vida de Manuel son escasos, es evidente que su trasfondo y su historia personal han tenido un impacto profundo en Alaska, ayudándola a formar su identidad única como artista. La decisión de la familia de mudarse de vuelta a España cuando Alaska tenía solo diez años fue un cambio crucial que le permitió eventualmente sumergirse en la efervescencia cultural de la Movida Madrileña, y sin el que nos habríamos perdido todo su talento.
Aunque Manuel Gara López es una figura menos conocida en comparación con su hija, su historia es un recordatorio fascinante de la complejidad de las identidades transnacionales y del impacto de la historia personal en las generaciones futuras. Alaska ha mencionado en varias ocasiones cómo la fuerza y la resiliencia de su padre influyeron en su música y en su enfoque de la vida, algo evidente en sus letras y actuaciones.
La madre de Alaska si es algo más notoria en la actualidad, sobre todo por las constantes publicaciones de esta en redes sociales, explicando sus rutinas y costumbres. América, que así se llama la progenitora, nació en Cuba y ya ha cumplido los 90 años, pero vive la vida con ganas y vitalidad. Todo un ejemplo de mujer que publicó sus memorias en el año 2017, desvelando que ha “hecho de todo, menos ser rica”. Además ha tenido dos maridos… pero “muchos novios”.
Volviendo al protagonista de nuestro artículo, Manuel Gara López, es principalmente conocido por ser el padre de Alaska, pero bien es cierto que su propia historia de lucha y supervivencia merece ser contada. Su vida como exiliado y como inmigrante que logró reinventarse en un país extranjero es un testimonio del espíritu humano y de la capacidad de adaptación. Alaska, a través de su música y su arte, continúa honrando ese legado, llevando la historia de su familia a nuevas audiencias y generaciones.