Hace solo unos días Green Day estaba dando un concierto en Detroit cuando el equipo de seguridad irrumpió al escenario y sacó a los músicos prácticamente a empujones. ¿La causa? A un tío se le había ocurrido utilizar un dron sobre el concierto sin autorización previa y durante algunos larguísimos minuto la policía se temió lo peor. No parecía empezar bien septiembre para los de California. Pero no es ni con mucho lo peor que le ha pasado su líder, Billie Joe Armstrong en este mes.
Por increíble que parezca, han pasado ya dos décadas desde el lanzamiento de 'American Idiot', un álbum percibido entonces como 'de madurez' para la banda. Diez años antes, en 1994 habían explotado con su tercer disco, el aclamado 'Dookie' y habían saltado a la fama de manera casi violenta. Por si fuera poco, eran parte de una ola de punk -pop punk es una etiqueta más precisa- y parecía que su carrera no tenía límites. Pero cualquiera sabe que para el punk diez años son mucho, quizás demasiado, y la estrella de Green Day parecía haberse apagado con el cambio de milenio.
Fue entonces cuando ocurrió algo imprevisible. Mientras la banda se encontraba en pleno porceso de grabación de el que sería su séptimo álbum, al que habían bautizado 'Cigarettes and Valentines', alguien les robo las cintas. Con todo el trabajo perdido y antes de intentar regrabar el disco maldito, Billie Joe les propuso a sus compañeros empezar de cero. El resultado fue un disco completamente distinto, una suerte de opera rock (en realidad esto suena un poco pretencioso para lo que terminaría siendo) inspirada en discos clásicos de The Who como 'Tommy' y llena de rabia contra la administración Bush. Los chicos habían encontrado nuevamente el camino.
Desde que el pegadizo riff del tema 'American idiot' ataca los oídos los fans de los de California supieron de inmediato que estaban de vuelta. Pero lo que no se esperaban eran la narrativa (centrada en un personaje, Jesus of Suburbia), las canciones de 10 minutos y cinco partes, las meditaciones melancólicas y las diatribas en tiempo de balada como la exitosa 'Wake me up when september ends' cuya historia se remonta a cuando murió el padre de Billie Joe, cuando este tenía apenas diez años. Cuenta la leyenda que, incapaz de soportar el dolor, el niño huyó del funeral para encerrarse en su habitación. Cuando su madre fue a buscarlo la respuesta del crío fue 'Despiértame cuando termine septiembre'.
En 2004, además, el ataque contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre era bastante reciente, Bush había llevado a EE UU a su primera gran invasión después de Vietnam y Green Day fue uno de los grupos que más abogó por el fin de la guerra. Todo ese esfuerzo fue recompensado con un enorme éxito de público y de crítica, que lo saludó como uno de los pocos álbumes 'conscientes de lo que significa vivir en América estos días'.
'American Idiot', dos décadas después, puede haber alcanzado el estatus de clásico. Ahí se quede.