Manu Chao fue a finales de los noventa uno de los principales artífices del auge popular de lo que se llamó mestizaje. Con discos como 'Clandestino' (1998) o 'Próxima estación, Esperanza' (2001) dio con una fórmula mágica que fundía reggae, rumba, ska y ritmos latinos y lanzaba sencillos pero efectivos mensajes contra el neoliberalismo y los abusos sociales. Sin embargo, desde que en julio de 2008 diese su último gran concierto en la plaza de toros de Bayona, silencio. O algo parecido. Hasta ahora, que el cantante y compositor franco-español ha decidido volver a la escena con nuevo disco, 'Viva Tu', diecisiete años después de su último álbum de estudio, 'La Radiolina' (2007).
En realidad no es que el músico se hubiera retirado. Sencillamente había estado esquivando al sistema. Durante todos estos años ha sido un Mano Chao no desaparecido, sino clandestino. Sin compañía de discos, sin giras, sin festivales, sin entrevistas y sin móvil, pero colgando canciones en su página web o actuando en bares de barrio y teatros sin avisar, o con otro nombre. ¿A qué venía este autoexilio en los márgenes? Precisamente su carácter indómito y rebelde fue lo que le empujó a huir del enorme éxito que consiguieron canciones como 'Me gustas tú' o 'Clandestino'. Tenía todo el sentido del mundo que un artista tan libre y anárquico como el ex Mano Negra terminara dando portazo a la industria.
Tampoco quería convertirse en un líder de opinión ni en una especie de ídolo antiglobalización. El éxito le permitió ganar suficiente dinero como para vivir holgadamente. "Ha donado muchísimo dinero y de una manera muy privada, porque no quería ser visto como un Bono o Sting molando por hacerlo. Tiene una fundación y lo hace en privado. Y nunca jamás ha aleccionado a nadie sobre lo bueno que es con gente desfavorecida", cuenta Peter Culshaw en su biografía 'Clandestino. En busca de Manu Chao'.
Vivir fuera del alcance del radar le ha permitido tocar donde y cuando ha querido, sin ataduras contractuales ni presiones artísticas. La pregunta entonces, ¿por qué ha vuelto? Quizás necesite el dinero que le sirve para comprar esa independencia que le resulta tan valiosa, o quizás considerara que estas trece nuevas canciones sí merecían circular entre un público más masivo. Porque tampoco es que aquí haya cambios respecto a la receta habitual. 'Viva Tu' retoma el discurso sonoro donde lo dejó 'La Radiolina', si acaso acentuando las guitarras acústicas.
A sus 61 años, Manu Chao sigue siendo el de siempre. Sus nuevas canciones vuelven a hablar sobre paz, libertad y esperanza en un mundo que se va al carajo, y lo hacen en español, francés, portugués e inglés, con colaboraciones como las de Willie Nelson en 'Heaven's bad day' y la cantante francesa Leti en 'Tu te vas'. Es el mismo cóctel de ritmos cálidos, letras minimalistas y repetitivas y compromiso a pie de calle que embaucó a toda una generación. Otra cuestión es si era necesario esperar tanto tiempo para ofrecer exactamente más de lo mismo, aunque ese más de lo mismo siga siendo tan necesario como siempre.