Los baches de salud y economía que atravesó Paul Di'Anno, el primer cantante de Iron Maiden, muerto a los 66 años

Paul Di’Anno ha fallecido a los 66 años de edad. El cantante, aunque en más de una ocasión confesó que cuando vio a Iron Maiden por primera vez en el club Cart & Horses no le gustó, terminó convirtiéndose en vocalista de la banda de heavy metal tras la salida del que hasta entonces había sido su cantante, Dennis Wilcock.

Entonces, el grupo comenzaba a visitar sus primeros estudios de grabación y en 1980 lanzaban su álbum debut homónimo. Tras él, llegaban otros dieciséis álbumes de estudio aunque Paul solo participó en el mencionado y otro posterior, Killers, en 1981. Desde entonces, el músico ha tenido que hacer frente a duros episodios a lo largo de su vida.

Los baches de salud y económicos de Paul Di’Anno

En mayo de 2022, instante en el que protagonizó un vídeo de 15 segundos en el backstage de uno de los conciertos de Iron Maiden, Paul había viajado a Chile desde Croacia, donde se encontraba recibiendo un tratamiento de drenaje linfático para poder someterse a una operación de rodilla. Para la intervención, tuvo que pedir ayuda económica a la banda según confesó a MB Live: “La última parte la hicieron, porque me quedé sin dinero. Ha sido muy caro. Porque cuando me enfermé por primera vez, tuve que ser evacuado de Argentina, lo que me costó mucho dinero, en un avión médico privado y todo eso de regreso”, se sinceró. También los fans de la agrupación crearon una colecta por medio de crowfounding con la que consiguieron reunir más de trece mil libras.

Desde entonces, aunque ha continuado ofreciendo algún que otro show, el cantante ha tenido que hacer uso de una silla de ruedas durante una década. En los últimos años, además, ha sufrido otros problemas de salud como un absceso en los pulmones que le encontraron durante una resonancia.

El cantante ingresó en prisión hace casi dos décadas

Corría el año 2011 cuando Di’Anno se vio obligado a ingresar en prisión tras ser acusado de fraude y haberse embolsado hasta 45 mil libras de ayudas del estado, a quienes había negado poder trabajar. Aunque en un primer momento debía cumplir una pena de nueve meses de duración, finalmente pudo reducirlo a dos por su buen comportamiento y después de haberse declarado culpable.

Sin embargo, su abogado Steve Ritter alegó que su cliente estaba “obsesionado con actuar para mantener a su familia y que en el tema económico había actuado con ingenuidad”.