Esta gente no existe: la primera discográfica española de 'artistas' generados por IA

El álbum debut de Lil DataCrunch se llama, así, sin complejos, 'Fake Sh*t' ('Mierd* Falsa') y trae, según la promotora española All Music Works, "una fusión única de trap, hip hop y rock alternativo". Según la promotora, como voz emergente de su generación, Lil DataCrunch "crea paisajes sonoros que exploran la vida urbana, la era digital y las complejas emociones de la juventud actual". Todo bien. Con el añadido de que el artista no existe. Pero existe. Es decir es una creación -imagen, background, sonido- de la Inteligencia Artifical. Y como se viene diciendo desde que todo esto empezó, esto no ha hecho más que empezar.

"Este innovador proyecto desafía los modelos tradicionales de la industria musical, presentando perfiles de artistas desarrollados con una precisión excepcional que incluye biografías, estilos de vida y estéticas visuales cuidadosamente elaboradas para aportar una autenticidad cien por cien real", asegura el sello discográfico en un comunicado.

¿No hay 'artificial' sin 'arti'?

Como se puede leer en la propia web de All Music Works, este se presenta (en inglés) como "un colectivo creativo que opera como sello discográfico y estudio de producción musical, destacándose por ser pionero en el uso de la inteligencia artificial (IA) en la industria musical". Sobre lo 'creativo' del asunto se abre el abismo de la incertidumbre. Para artistas como Nick Cave, por ejemplo, la 'musica' generada por la IA es simplemente una sh*t. "Una grotesca burla de lo que es ser humano". Para otros, que no son Nick Cave, es una oportunidad de negocio y una revolución en la que el algoritmo es como un pincel en la mano de un artista.

Técnicamente, el primer 'grupo virtual' que triunfó en la música fueron Alvin y las Ardillas, allá por los años 50. El anime japonés aportó a lo largo de los 80 con 'bandas' como Jem and the Holograms, pero no fue hasta el año 200O, cuando apareció Gorillaz, que la cosa se volvió musicalmente seria. La gran diferencia entre estos hitos y lo de hoy es que detrás de esas 'virtualidades' habían músicos, compositores y voces humanas. Hoy ya no hace falta.

Es más, "frente a otros fenómenos musicales creados hasta ahora por IA, que partían de contenidos con copyright, por ejemplo coger la voz de Bad Bunny o de Rosalía, desde AMW hacemos un trabajo 100% original, aunque trabajemos con herramientas de IA", explica Carlos Zehr, responsable de AWM, según recoge 20 Minutos.

¿Cómo son los artistas creados por AMW?

Para entenderlo, podemos remitirnos a algo que dice el agente Smith en 'The Matrix' esa biblia contemporánea de la artificialidad: "la primera versión de Matrix fue diseñada para ser una utopía perfecta, un paraíso sin sufrimiento ni dolor, pero esta versión fracasó porque los humanos no podían aceptar una realidad tan ideal". Así, los artistas de AMW están dotados de 'biografías' que reproducen algunos estereotipos de los músicos reales, como ser de Los Angeles o tener un pasado de adicciones.

Además, cada uno tiene estilos musicales, influencias y estéticas diferentes. O todo lo diferentes que tolera una industria que ya generaba productos musicales (humanos) en serie y listos para consumo. Decía Bertand Rusell que 'por muy elocuente que ladre un perro nunca podrá decirte que sus padres eran pobres pero honrados". Un ejemplo de como la complejidad de la 'experiencia humana' se ha asumido siempre como una barrera infranqueable para cualquier otra especie. Para franquearla hemos tenido que crear nosotros mismos una nueva.

De momento, la nueva especie puede generar contextos para bandas como Riftboys con el inconfundible estilo de ChatGPT: "Este colectivo de Portland, dirigido por el productor Jasper, es una explosión de creatividad y diversidad". La banda "combina elementos de hip-hop, trap y R&B con una energía que desafía el género", es "una amalgama de voces, perspectivas y estilos que reflejan la riqueza de las experiencias de la juventud moderna" y "sus letras abordan temas de identidad, amistad y desafíos de la vida contemporánea". Es vacío devolviéndote la mirada.

¿Qué tan 'infinitas' son las posibilidades de este multiverso soñado (o pesadillesco) en el que tú mismo, desde tu ordenador, puedes hacer que Queen interpreté una canción de Mercedes Sosa? Misterio. Lo cierto es que propuestas como las de esta nueva discográfica son ampliaciones (constantes) del campo de batalla.