Carmen Flores Ruiz, hermana menor de la legendaria Lola Flores, ha llevado una vida que combina la pasión por el arte con la discreción de una carrera a menudo ensombrecida por la fama abrumadora de su hermana. A pesar de haber sido un rostro destacado en el mundo de la copla y el flamenco, Carmen ha vivido más apartada de los focos mediáticos, y en la actualidad vive retirada en Valencia.
Nacida el 18 de agosto de 1936 en Jerez de la Frontera, Cádiz, Carmen Flores mostró desde pequeña un talento natural para la música y el baile. Fue su hermana Lola, ya convertida en un fenómeno de la canción y el espectáculo, quien la impulsó a debutar en los escenarios. A los 14 años, Carmen se enfrentó a su miedo escénico y subió al escenario del teatro Esperanza Iris en México, un evento que marcaría el inicio de su carrera. Esta primera experiencia en el extranjero junto a Lola cimentó su amor por el espectáculo y definió su camino profesional.
En los años siguientes, Carmen acompañó a Lola en múltiples giras y se acabó convirtiendo en toda una artista por propio derecho. Su participación en espectáculos compartidos le permitió ser reconocida tanto por su voz, como por su presencia escénica, elementos que también la llevaron a explorar el mundo de la actuación. En ese ámbito participó en películas como Échame a mí la culpa y El último cuplé, donde demostró su versatilidad y capacidad para conquistar al público.
La relación entre Carmen y Lola siempre fue muy especial. Lola Flores, conocida por su fuerte personalidad y su innegable carisma, no solo fue una hermana para Carmen, sino también una figura materna y una guía. En diversas ocasiones, Carmen ha recordado con cariño y nostalgia la influencia de Lola, describiéndola como una madre y una confidente que supo apoyarla en los momentos más difíciles.
En 1959, Carmen decidió apartarse temporalmente de los escenarios tras casarse con el futbolista Isidro Sánchez. Juntos tuvieron cuatro hijos: Carmen, Paloma, Isidro, y Quique Sánchez Flores, quien más tarde se convertiría en un reconocido futbolista y también entrenador de este deporte. Durante los años de su matrimonio, Carmen se dedicó a su familia y vivió lejos de la mirada del público y los focos de la prensa.
Su separación en 1971 marcó un punto de inflexión en su vida. Obligada a encontrar una forma de sustento para sus hijos, Carmen retomó su carrera artística. Este regreso estuvo motivado por la necesidad, pero también por el amor profundo que sentía por la música y la actuación. Con un nuevo ímpetu, Carmen se reinventó y volvió a los escenarios, donde se presentó tanto en España como en América Latina, particularmente en Argentina, donde gozó de gran popularidad.
La relación de Carmen con el público latinoamericano fue especial. Sus recitales y discos la convirtieron en una figura querida en Argentina, donde se consolidó como una de las grandes de la copla. Este éxito internacional le permitió mantenerse activa en el mundo de la música durante las décadas de 1970 y 1980, grabando varios álbumes que siguen siendo recordados por los aficionados a la copla.
En los últimos años, Carmen Flores, que cuenta ya con 88 años a sus espaldas, ha optado por una vida más tranquila. A principios de los 2000, se trasladó a Valencia, donde ha encontrado el sitio perfecto para descansar y a la vez tener privacidad. Aunque su retirada oficial de los escenarios fue en el año 2019, Carmen todavía hoy sigue participando de manera ocasional en eventos familiares y programas de televisión, sobre todo en aquellos dedicados a recordar la figura de su hermana Lola y celebrar el legado artístico de la familia Flores.
Carmen mantiene una relación cercana con sus sobrinas Lolita y Rosario Flores, siendo además ambas figuras relevantes dentro del panorama musical y de la actuación en España. En distintas entrevistas, no ha dudado en contar lo orgullosa que se siente de ellas y de cómo la familia Flores sigue siendo el mejor ejemplo de llevar el arte en la sangre. Su vida en Valencia, lejos del bullicio de Madrid y los recuerdos intensos de su juventud, le ha permitido disfrutar de una etapa de mayor serenidad.
A pesar de haber vivido a la sombra de “La Faraona”, Carmen Flores también ha sabido dejar huella en el mundo del espectáculo español. Su vida y carrera son una historia de resiliencia, pasión y amor por el arte. Carmen ha sabido mantenerse fiel a sí misma, preservando el legado de la familia Flores y continuando la tradición artística que inició su hermana. Aunque esté ya retirada de los escenarios musicales, su figura sigue siendo un símbolo de la elegancia y el talento de una época dorada del espectáculo.