Ni 'All I Want for Christmas' de Mariah Carey, ni 'Santa Claus is Coming to Town' en cualquiera de sus múltiples versiones, ni siquiera 'El Tamborilero' de Raphael. El gran clásico navideño para todos los uppers que fueron niños o adolescentes en los 80 -con permiso de Mecano- no puede ser otro que el 'Last Christmas' de Wham!, que cumple 40 lustrosos años convertido en el villancico pop perfecto para unir a padres e hijos al calor de la chimenea mientras llega Papa Noel.
En los últimos tiempos viene siendo tradición que por estas fechas alcance el número uno en las listas de Reino Unido -desbancando incluso a Mariah-, logro que, curiosamente, no consiguió en el momento de su lanzamiento. Y eso que se publicó un 3 de diciembre de 1984 con toda la intención de copar las listas durante esas fiestas.
Cuando el tristemente desaparecido George Michael la compuso, el dúo que formaba junto a Andrew Ridgeley era la gran sensación del momento. Ese mismo año Wham! habían publicado su segundo disco, 'Make It Big', el que les catapultaría a la fama internacional gracias a hits tan pegadizos como 'Wake Me Up Before You Go-Go', 'Careless Whisper' o 'Freedom', pero también debido al innegable sex-appeal de Michael, tan mimetizado con el espíritu de aquella época: guapo a rabiar, melenaza esponjosa y una latencia gay para quien quisiera verlo.
Pero Michael también era un gran intérprete y un magnífico compositor, como demostraría sobre todo más adelante en su carrera, aunque ya entonces exhibía ese finísimo olfato para la melodía pop que embriaga todo 'Last Christmas'. En 2023 Ridgeley contaba en la cadena de radio británica Smooth cómo la canción fue producto de un chispazo de inspiración de su compañero.
Ambos estaban de visita en casa de los padres de Michael viendo la televisión cuando de repente el rubio vocalista se fue a su habitación en el piso de arriba, donde tenía un pequeño teclado, y allí permaneció más o menos una hora. Cuando bajó le dijo, presa de la emoción: "Andy, tienes que escuchar esto". "Tan pronto como lo escuché, fue tan evidente que tenía todas las características de un clásico navideño. Fue un momento asombroso", rememoraba.
Efectivamente, Michael había dado con la canción perfecta. Una melodía melancólica pero tremendamente adictiva, con el punto justo de azúcar, que se metía en la cabeza para no salir de ahí. La letra, que menciona la Navidad pero que no es particularmente navideña, contaba el desconcertante reencuentro entre dos amantes justo un año después de una ruptura que se intuye dolorosa, con traición de por medio ("Last Christmas, I gave you my heart, but the very next day, you gave it away"). Todo lo cursi e ingenua que se quiera, pero difícil que un adolescente despechado y con el corazón roto no se identificara con ella.
Claro que tanto o más decisivo para el éxito de 'Last Christmas' fue el mítico videoclip que la acompañaba. Rodado en la estación alpina de Saas-Fee, en Suiza, la pieza está llena de elementos indispensables del espíritu navideño con un entrañable sabor ochentero: vacaciones en la nieve con un grupo de amigos, con sus pistas de esquí, remontes, batalla de bolas y posterior cena compartiendo risas y confidencias entre guirnaldas, regalos y gorros de Santa Claus. Para muchos de los que crecimos viéndolo en televisión esa es nuestra Navidad ideal. Un post reciente de Instagram compartido por la cuenta filmtourismus recorre las localizaciones originales del videoclip corroborando que todo sigue igual que entonces.
Además, las imágenes escenificaban bastante acertadamente la letra de la canción, desarrollando una trama amorosa protagonizada por un George Michael en el apogeo de su guapura (también, por cierto, la última vez que le vimos sin su después icónica barba de tres días). Varios cruces de miradas furtivos con la novia de Ridgeley sugieren que entre ellos hubo una historia anterior, con final amargo. Un flashback nos termina revelando que en el pasado Michael le regaló un broche a la chica... que es el que ahora lleva su actual pareja en la solapa. Trágico.
Michael anhelaba que la canción se convirtiera en un número uno navideño, pero, como decíamos más arriba, en aquel momento se quedó a un paso de conseguirlo. Paradójicamente se lo impidió otro tema en el que también participaba el cantante, el single benéfico 'Do They Know It´s Christmas?' de Band Aid, un proyecto para recaudar fondos por el hambre en Etiopía que serviría de inspiración a 'We Are the World'.
Sin embargo, muchos años después, en 2020, terminó consiguiendo su objetivo de copar la lista británica en las fechas navideñas. Desde entonces ha sido la canción más reproducida durante las Pascuas en otras tres ocasiones, convirtiéndose en el octavo single más vendido de todos los tiempos en el Reino Unido. Ridgeley contaba en la BBC que a George, fallecido en 2016, le habría emocionado ver su tema en lo más alto en Navidad: "Creía que todo gran compositor debería poder escribir un éxito navideño por encargo. Desafortunadamente, a George le llevó demasiado tiempo, pero estaría absolutamente encantado".