"Para mí ha sido un honor y un sueño cumplido". Así resumía Alejandro Sanz (52) su actuación en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, después de ser invitado para versionar la mítica canción 'Imagine', de John Lennon. Una versión producida por el compositor Hans Zimmer en la que el artista madrileño de padres gaditanos representó no solo a España, sino también a todos los ciudadanos de Europa.
Antes de la interpretación, el cantante celebró, entre bastidores, la oportunidad concedida por la organización olímpica. "Hoy el honor me teletransporta a otro mundo. Mi voz será la de todos; tiemblo de felicidad", escribió en su cuenta de Twitter, en la que publicó al mismo tiempo un vídeo en el que analiza el papel social de la obra de Lennon y los valores de los Juegos Olímpicos.
"Imagine es una de las canciones más bellas que se han escrito en el pop en toda la historia. Todos hemos cantado Imagine alguna vez en nuestra vida, todos hemos intentado escribir Imagine y todos hemos querido que la vida fuera como se pinta en Imagine. Creo que es una forma muy bella de celebrar la vida", subrayó el artista. Una canción que concuerda a la perfección con el lema de los juegos, #StrongerTogether (juntos somos más fuertes), en clara referencia a la lucha común contra la pandemia de la COVID-19, ineludible protagonista de la cita olímpica.
En la actuación, el artista madrileño lució sus canas sin complejo alguno, demostrando que la generación silver está más presente que nunca y construyendo una imagen ciertamente potente y de empoderamiento 'sénior'. Con una camisa estampada de color negro y su dulce voz, Sanz se convirtió en uno de los protagonistas más claros de la jornada. Junto a él estuvieron, representando a los distintos continentes, varios artistas de renombre internacional: John Legend, Angèlique Kidko y Keith Urban, que cerró la memorable actuación.
Una vez superado el vértigo propio de una actuación de tal magnitud, un Alejandro Sanz mucho más liberado de los nervios aunque todavía emocionado explicó que había sido un honor y un sueño cumplido el haber podido participar en la inauguración. "Les quiero invitar a que sigan soñando, a que sigan haciendo realidad sus sueños y a que disfruten de las olimpiadas", pidió.
Ese grito de esperanza y unión que emana de 'Imagine' fue capitalizado por Sanz, la voz de todos los europeos, que consiguió arañar y transportar una sensación de confianza y mirada al futuro en un momento complicado en términos pandémicos. También hubo un homenaje y un recuerdo muy presente a las víctimas de la COVID-19, una enfermedad que ya se ha cobrado la vida de más de cuatro millones de personas.