La portada del 'Nevermind' de Nirvada, publicado en 1991, con un bebé flotando en el agua y un billete de dólar, es un clásico moderno. Es lo que tiene la cultura pop, es capaz de retrotraernos a través de una imagen a toda una época. Esa fotografía tomada por Kirk Weddle es, probablemente, la imagen más icónica del grunge. El líder de la banda, Kurt Cobain, quería para la portada del álbum algo transgresor: un parto bajo el agua. Pero finalmente tuvieron que recurrir a algo a medio camino y fue entonces cuando la sesión que protagonizara Spencer Elden, ahora con treinta años, cambió el destino de todos los implicados.
Fue este disco, el 'Nevermind', el segundo de la banda, el que la dotó de fama internacional y de manera definitiva. Con más de 30 millones de copias vendidas en todo el mundo, es probable que quien lea estas líneas cuente con una reproducción de la cara de Spencer Elden en algún formato: vinilo, CD, camiseta, póster... Es evidente que entonces nadie podía imaginar el alcance que tendría la foto, pero visto con perspectiva, lo que a su protagonista indigna son los míseros 200 dólares que sus padres vieron por aquello, más aún si se compara con las cantidades millonarias que su reproducción ha generado.
"Mis padres sabían quiénes eran Nirvana, pero no estaban muy interesados en la escena grunge. Mi padre, Rick, asistía en ese momento a la escuela de arte y sus amigos le pedían a menudo ayuda para sus proyectos. Así fue como su amigo Kirk le llamó y le dijo: '¿Quieres ganar algo de dinero hoy tirando a tu hijo a la piscina?", contó el propio Spencer Elden, ahora artista urbano, a The Guardian en una entrevista en 2015. La sesión de fotos tuvo lugar en una piscina en Pasadena y duró apenas unos quince segundos. Tras aquello, por lo que el fotógrafo se embolsó 1.000 dólares y ellos 200, se fueron a comer tacos.
Spencer, que ahora vive en Los Ángeles, según contó a Time en 2016, en casa de su madre, dedicándose al arte urbano y conduciendo un coche de gama media, primero se tatuó el logo de 'Nevermid' en el pecho como seña de orgullo por ser un icono. Pero con el tiempo, consciente del dinero que los implicados ganaron entonces y aún hoy con su imagen, en la que además sale desnudo y con el pene a la vista, ha hecho expresa su molestia al respecto. "Cuando voy a un partido de béisbol suelo pensar: 'Tío, probablemente todos los que están en el estadio me han visto desnudo de bebé'. Siento que pasaron por encima de mis derechos como persona", dijo a Time.
Más allá de un disco y un oso de peluche que la discográfica le envió al cumplir un año, Elden no ha vuelto a saber nada de aquello ni de la banda, ningún miembro de Nirvana se ha vuelto a poner en contacto con él. "Todos los que participaron en el disco tienen toneladas y toneladas de dinero. Me siento como si fuera lo último del grunge (...) Es difícil no enfadarse cuando oyes la cantidad de dinero que había en juego", reclama ahora. "Nirvana es guay, supongo. Es solo que raro ser parte de ello".