Ya hace 50 años que Jim Morrison falleció a los 27 años uniéndose al famoso club de los los 27, grupo de artistas que tienen en común haber muerto a tan temprana edad, en el que también están Brian Jones, Janis Joplin o Kurt Cobain. Morrison fue el mítico vocalista de la banda de rock The Doors que a día de hoy sigue siendo un mito para los que vivieron en los 60 y 70 y los que lo descubrieron en décadas siguientes. El pasado fin de semana se cumplían 50 años de su muerte y muchos fans se trasladaron hasta su tumba en París para rendirle homenaje.
El sábado 3 de julio el cementerio parisino de Père Lachaise se llenaba de admiradores del cantante que 50 años después de su muerte sigue siendo un mito y una leyenda de la música. Así, personas de diferentes nacionalidades, también españoles, se acercaron hasta su tumba para homenajear al cantante y poeta. Esta última faceta del artista también fue recordada, y varios asistentes recitaron algunos de sus poemas ante su tumba en la capital francesa.
Una pareja española ha ido hasta la capital francesa no para ver la ciudad, sino para conmemorar el cincuenta aniversario de la estrella, "nuestro ídolo", decían a la Agencia EFE. Según relataron, es un sueño que siempre habían querido hacer, hasta por el 25 aniversario porque siempre han sido seguidores de Morrison, pero no ha sido hasta este momento cuando han cumplido esa promesa. Los que acudieron no solo rindieron tributo su obra, también llevaron puestas sus camisetas o le dejaban un ramo de flores u otros obsequios en su tumba.
Muchos de los asistentes reconocieron como su música a día de hoy le sigue poniendo los pelos de punta como el primer día que la escucharon, algunos incluso hablan de que fue un referente para ellos o elevan algunos de sus trabajos, como 'L. A. Woman', como uno de los mejores discos de la historia de la música. De esta manera, además de sus poemas, algunos asistentes se animaron a tocar parte de su música junto a su tumba para recordarle 50 años después de su fallecimiento.
En París falleció uniéndose a la generación del 27 y en París fue enterrado, la ciudad a la que se mudó para abandonar sus problemas con el alcohol e impregnarse del arte de la ciudad para llevarlo a su obra, algo que no pudo ser, pero lo que es indudable es como su legado sigue igual de vivo que hace 50 años y su música ha ido pasando de generación en generación y seguramente así seguirá siendo.