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Dos horas diarias. Es el tiempo que dedica Luz Casal a hacer llamadas telefónicas. Una iniciativa que anunciaba, hace una semana, en sus redes sociales y que ha tenido una gran acogida. Entre las seis y las ocho menos cinco de la tarde (para no perderse la ovación a los sanitarios) a coge el móvil y, con él en altavoz, comienzan a sonar los tonos de la llamada. Piii, piii, piii. Alguien descuelga. "Hola, soy Luz Casal". Sus fans se quedan de piedra. Reacciones para todos los gustos. Desde adolescentes que, como Jorge, se lanzan a tocar a guitarra y cantar a capela algunas de sus canciones. A otros, que incrédulos repiten una y otra vez "no puede ser, no puede ser".
"Como sé lo importante que es una frase se ánimo (…) hasta que acabe el confinamiento, estaré a vuestra disposición llamándoos por teléfono. Lo único que tenéis que hacer es mandarme por privado vuestro número de teléfono y el nombre de la persona y estaré encantada de hacerlo(…)”, explicaba en el vídeo en el que daba la noticia. "No me vayáis a pedir que os cante todo el repertorio porque no creo que pueda", bromeaba al final.
La publicación en Instagram tiene más de 12.400 reproducciones y 600 comentarios alabando la propuesta y demostrando, también, una humanidad enorme. "Grande! Te admiro muchísimo desde siempre(…). Pero no voy a dejar mi número porque quiero que sea precisamente a esas personas mayores en las que has pensado a las que les dediques todo el tiempo", se puede leer en uno de ellos. "Voy a dejar mi 'turno' para que puedas llamar a personas que están solas y seguro necesitan una ilusión, más ahora", reza otro. Si algo nos está enseñando la cuarentena es generosidad. ¡Con la falta que hacía!
90 y 92 años. Es la edad de un matrimonio de gallegos que dieron la bienvenida a abril con su llamada más especial. Con la voz entrecortada comienzan la conversación. "Agradezco mucho su llamada, nunca pensé que podría hablar con usted", asegura el señor. "Es un orgullo para Galicia, no necesita a nadie, usted compone, canta, me sé todas sus canciones", continúa. Luz Casal no puede esconder la emoción mientras habla con ellos. La ternura la embriaga. A nosotros también.
Ante tal devoción decide hacer una excepción. "Sé que le gusta mucho 'Piensa en mí'. Yo no le canto a nadie en estas llamadas pero a ustedes les voy a cantar", apunta Casal. A capela, con la voz del matrimonio de fondo, tarareando la música, recordando sus conciertos, pensando en cuando podían salir. "No sabe lo feliz que me ha hecho. Dentro de lo malo, a ver si esto nos hace un poco mejor a todos", concluye el señor, con la voz rota.
Esta iniciativa, como otras que circulan por redes sociales, es una muestra más de que la música nos acompaña en esta cuarentena y que, sin importar la edad, se convierte, una vez más, en un lenguaje universal.