Desorden, masas de gente forzando la entrada y gas pimienta en el aire. No, no es la sinopsis de una película de terror, son algunas de las cosas que se vivieron en el último concierto de Metallica en Chile. La banda de heavy metal está recorriendo el mundo, con fechas que pasan por Bilbao y Madrid en verano para celebrar su 40 aniversario, pero el último show ha tenido graves consecuencias.
Este miércoles le tocó el turno a sus fans chilenos, que acudieron al Club Hípico de Santiago para disfrutar de uno de los grupos de música más importantes del mundo. Sin embargo, aunque el concierto fue a la perfección, hubo una serie de problemas que provocaron que hasta la policía tuviera que hacer uso de gas pimienta.
Uno de los problemas principales y más graves fue que la distribución de las entradas no correspondía con el aforo del estadio, ya que se cambió el recinto donde iba a tener lugar el concierto a última hora.
La masa de fans que acudieron llenaron hasta los topes el recinto, siendo extremadamente peligrosa la aglomeración. Inicialmente, se iba a realizar en el Estadio Nacional, un teatro, pero las reparaciones y las diferencias entre la administración y la productora del evento, DG Medios, hizo que se cambiara al Club Hípico.
Según informaron varios medios chilenos, los asistentes acusaron a los organizadores de desinformación y mala señalización, algo esencial en este tipo de eventos multitudinarios. Como el espacio era demasiado pequeño para todos los asistentes, algunos espectadores tuvieron que subirse a camiones, aseos públicos y vallas para poder ver el concierto.
Son muchos los artistas que comienzan sus shows más tarde de lo acordado. Algunos por problemas técnicos, y otros por puro ego. En el caso de Metallica, iniciaron su show una hora más tarde, pasadas las 10 de la noche.
El problema vino cuando empezaron a tocar las primeras canciones y todavía faltaba gente por entrar al recinto.
Las calles de alrededor del Club Hípico de Santiago fueron cortadas varias horas antes del concierto, y puesto que el cambio de localización fue de última hora, no se pudo avisar con antelación a la Universidad de Chile, por lo que la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas que está al lado del recinto tuvo que anular sus actividades con poco aviso previo.
Comenzaron las colas para entrar, más las masas de personas que pasaban por allí curiosas ante la cantidad de gente. Los revisores de entradas intentaron repartir al público que hacía fila a las afueras del recinto, pero los medios informaron de que la distribución que tenían los tickets correspondían al Estadio Nacional.
Un portón derribado, personas que pasaban sin que revisasen sus boletos, otros que se colaban sin entrada y hasta un grupo que quiso entrar a la fuerza.
Es entonces cuando los agentes del Control de Orden Público de Carabineros de Chile llegaron para restablecer la situación, aunque para ello usan gas pimienta como elementos disuasorios dañanado a varos asistentes.