El cantante Rod Stewart ha sorprendido a todos por la pasión que acaba de reconocer en una revista en papel: ni las drogas ni el alcohol ni el sexo, Stewart es un enganchado a hacer maquetas ferroviarias, a lo que se lleva dedicando, en secreto, durante las últimas dos décadas.
Según ha declarado el propio artista en la revista Railway Modeller, construir maquetas es una válvula de escape y tiene su origen en una creación de este tipo que vio durante unas vacaciones en Bognor Regis cuando apenas tenía ocho o nueve años.
Su padre, por entonces, le dijo una frase de la que nunca se olvidaría: "todo hombre tiene que tener un pasatiempo" y, aunque en un primer momento le regalara una guitarra, poco más tarde Rod descubriría el mundo de las maquetas ferroviarias.
Durante todo este tiempo, Stewart ha compaginado sus más de 19 giras mundiales con su pasión por este tipo de construcciones, y, como ha reconocido, cada vez que se alojaba en un hotel pedía una habitación contigua para poder instalar allí todos los bártulos propios de la actividad. "Se portaban muy bien y facilitaban la ventilación, además de sacar las camas de la habitación para que hubiera más espacio", reconoce.
Sin embargo, no todo ha sido mérito del cantante londinense. "Debería decir que el 90% lo he hecho yo. La única cosa en la que no he sido muy bueno, y sigo sin serlo, es con la electricidad, así que ahí sí que me ha ayudado alguien", reconoce en una entrevista para la BBC. "Mucha gente se ríe diciendo que es un hobbie estúpido, pero yo creo que es maravilloso", confiesa.
En cuanto al diseño de la maqueta de Rod Stewart, este afirma que se ha basado en una ciudad de los años 40, que bien podría ser Nueva York a tenor de los rascacielos que la componen. Como no podía ser de otra manera, tiene un gran sistema ferroviario para poder llevar a los pasajeros ficticios de un sitio a otro, fábricas y grandes rascacielos a los que no les falta ni un ápice de detalle.
"Cuando me pongo con algo creativo como esto, tengo que estar al 110%. Para mí es adictivo: si lo empiezo tengo que acabarlo. Tengo suerte de tener una habitación para ello", resalta.
El cantante, a pesar de su agenda y sus conciertos, no pierde ni un solo detalle de sus creaciones. "Para hacer el suelo, por ejemplo, comienzas con un gris. Y luego agregas un poco de color al cemento, por lo que cada adoquín es ligeramente diferente. Las grietas tienen que tener un poco de tiza negra ... y luego agregas un poco de basura en los canalones, un poco de óxido aquí y allá", confiesa.