Apenas 19 episodios para disparar un fenómeno. 16 meses de rodaje para que la historia sólo durara cuatro meses. En 1981 en España se estrenó una serie que para muchos significó un verano eterno, inolvidable, aleccionador y nostálgico: `Verano azul´. Mar, sol barcos y el retrato de la patria eterna, la infancia.
Producida por TVE, entre playas, olas, vida marítima y chicos de 8 a 17 años, `Verano Azul´ no contaba con un barco de verdad. Habrá que desilusionarse y entender que todo era un truco de escenografía. Un objeto más del decorado que se instaló en Nerja y que, terminado el rodaje, se desmontó. Filmada entre finales de agosto de 1979 y diciembre de 1980, los escenarios usados fueron las localidades malagueñas de Nerja y Vélez-Málaga y en las granadinas Motril y Almuñécar.
Las entidades de turismo de Nerja todavía promocionan el 'Parque Verano Azul' como "visita obligada para cualquier amante de la serie". Los folletos turísticos repiten: "En él podrás encontrar una réplica del famoso barco de la serie, La dorada, en la que podrás tomar una foto para el recuerdo". Recorremos las localizaciones más míticas de esta serie que todos llevamos en el corazón.
Situado en el Parque Verano Azul, es una réplica, ya que el original se desmontó tras el rodaje. Es un antiguo barco pesquero que compró el Ayuntamiento a finales de los años noventa en Almería, y se instaló en 2001, con la inauguración del parque. Fue rehabilitado en 2014. No es visitable por dentro, a pesar de que se ha planteado en varias ocasiones esta posibilidad, pero se ha descartado por motivos de seguridad. En el parque hay además señales de cerámica con las imágenes de los protagonistas de la serie y los títulos de los 19 capítulos. La maqueta que se usó en la serie se colocó en un acantilado junto a la playa de Burriana, un lugar que sigue estando prácticamente igual.
Es el lugar más emblemático de Nerja, su corazón turístico, algo que ya supo aprovechar Mercero, que situó allí escenas en todos los capítulos. Uno de los más recordados es el 15.º, titulado ‘El ídolo’, en el que el cantante Gonzalo Benavides interpreta a ‘Bruno’. “Es un capítulo que ya se anticipó al fenómeno de la televisión y los concursos de talentos, que han producido muchos ‘juguetes rotos”, opina Joven.
El Balcón sigue prácticamente igual, aunque en los últimos años se han instalado varias esculturas, como la del rey Alfonso XII o el homenaje a los descubridores de la Cueva, obras del artista torreño Paco Martín, y más recientemente un timón de barco.
Sin embargo, lo que sí ha cambiado es la vista del casco urbano, que ha crecido considerablemente. No obstante, la belleza del entorno, con la imponente Sierra Almijara como abrigo natural, y el mar a los pies, sigue dando la sensación, al que se asoma, de estar subido en un barco, asomado al Mediterráneo, en el Balcón de Europa.
Situado en la calle del mismo nombre, es el único escenario de interior que se conserva prácticamente igual que en el metraje. Es un bar típico, en el que se sirven bebidas y tapas, y en el que hay actuaciones de flamenco, por lo que es muy frecuentado por los turistas. Los propietarios mantienen una pegatina en la puerta recordando que este espacio fue la ‘Tasca de Frasco’ en la pequeña pantalla, a propuesta de Miguel Joven quien daba vida a Tito en la serie.
La bautizada como ‘Cala Chica’ en la serie está exactamente igual que hace 37 años, con sus huertas sobre el acantilado a los pies de Maro y su mezcla perfecta de arenal y rocas en los extremos. El acceso continúa pudiéndose hacer únicamente a pie, por lo que hay que dejar el coche a unos 500 metros de la playa. Allí fue donde se grabó una de las escenas más míticas: cuando Pancho llega corriendo, y entre lágrimas, anuncia la muerte de Chanquete.
Es una parada obligada para los fans, porque allí sigue trabajando a diario, al pie del cañón, Francisco Ortega Olalla ‘Ayo’, a punto de cumplir medio siglo al frente del chiringuito que lleva su nombre. Fue el cuartel general de la serie, donde comían los actores y se grabaron varias escenas. El empresario se interpretó a sí mismo y especialmente recuerda con emoción el número 3, en el que Pancho le robaba su yegua blanca.