La tendencia por los true crime ha ido al alza en los últimos años, especialmente en Estados Unidos. Ahora a España parece que le empieza a picar el gusanillo tras el estreno de ‘El cuerpo en llamas’, la serie protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez e inspirada en el crimen de la Guardia Urbana. Su éxito ha vuelto a poner el foco sobre los hechos ocurridos en 2017, hasta el punto de que la propia Rosa Peral, que cumple condena por haber matado junto a su amante a su pareja en aquel momento, ha sido sancionada y se le han restringido las llamadas por conceder entrevistas desde la cárcel.
La serie narra el triángulo amoroso que existía entre la agente Rosa Peral, y los policías Pedro Rodríguez, su novio, y Albert López, exnovio y amante. A ellos, además, se le suma el exmarido de Peral, al que sí que se le ha cambiado su nombre real, Rubén, por uno ficticio en la serie, Javi. Pese a que se basa en hechos reales, esta no es la única diferencia que existe entre lo que ocurrió realmente en el crimen de la Guardia Urbana y lo que narra la ficción sobre el trío de policías. Por ejemplo, en ningún momento se menciona a la Guardia Urbana en la serie, sino que se habla de la policía de Barcelona.
‘El cuerpo en llamas’ cuenta con una base sólida, pues reproducen mensajes de texto exactos, los tiempos que se dieron durante el crimen, e incluso fotografías que han servido para dar más veracidad a lo que narran, ahí están las imágenes de la reconstrucción de los hechos, donde el vestuario de Corberó es exactamente igual al que usó entonces Rosa Peral. Sin embargo, otros detalles han sido modificados para favorecer la narrativa o simplemente se han omitido.
Probablemente uno de los casos más claros está en las hijas de Rosa Peral. En la vida real tiene dos hijas que, en el momento del asesinato de Pedro, tenían 4 y 6 años. Sin embargo, en la serie nos muestran que fruto de su matrimonio solo tuvo una hija, Sofía, de 7 años.
Durante el juicio, la actual mujer de su exmarido, al que intentó acusar del asesinato de Pedro, fue testimonio indirecto y aseguró que la hija mayor había visto a su madre con sangre bajando a Pedro por las escaleras, algo que Rosa Peral siempre ha defendido que era falso porque las niñas dormían en el piso de arriba. Pese a todo, su exmarido intentó que el testimonio fuese válido, pero al no ser en primera persona y las niñas acogerse al derecho a no declarar contra su madre, fue rechazado, como se ve en la serie.
A lo largo de los capítulos se narran las diferentes relaciones de Rosa Peral, incluso la del amante que filtró una foto íntima suya. Sin embargo, hay una de la que no hay rastro. Durante meses la agente estuvo manteniendo una relación simultánea con su marido, con Albert y con Pedro hasta que deja a Albert. De esta manera, compagina su matrimonio con el noviazgo con Pedro hasta que en Navidad su marido pone punto final a su relación.
Esas mismas navidades Pedro entró en la casa de Rosa Peral y conoció a sus padres y sus hijas y, desde ese momento, hacen oficial su noviazgo. Sin embargo, se omite una relación más, un vecino con el que el día del crimen y durante los siguientes había intercambiado mensajes de contenido sexual.
Aunque no es una gran diferencia, sí que es una de las imágenes más recordadas de la serie. El día en el que se halla en el pantano de Foix el coche calcinado con el cuerpo de Pedro en el maletero Rosa acudió a una comida con Albert y varios compañeros. Ambos condenados llegaron juntos y allí se les hizo la foto en la que la policía enseña la lengua, con la diferencia de que en la real Albert no mira a cámara.
La detención de Rosa Peral no es como se pinta en la serie. En ella la inspectora se presenta en su casa y la detienen, pero lo que ocurrió realmente es que la policía fue detenida en comisaría cuando empezó a culpar a Albert. En el caso del también policía, su detención sí que es como se narra en la ficción.
La inspectora Ester Varona va completando su puzle poco a poco hasta dar con las claves que llevan a Rosa Peral y Albert López a prisión. En la realidad el caso nunca estuvo tan encaminado como en la ficción, al igual que no se tiene constancia de la existencia de una figura como la de Varona. En todo caso, existe una figura que podría haber inspirado al personaje: el Sargento Domènech, de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra.
En el documental 'El crimen de la Guardia Urbana' relata que fue él quien, tras encontrar el cadáver de Pedro calcinado, acudió junto a un cabo a casa de Peral a darle la noticia y a pedirle que les acompañase a comisaría. Pero ella le insistió en que era tarde y no podía salir y, ante su negativa a dejarles pasar al interior de la vivienda, le comunicaron la muerte de su novio en el jardín.