Series de la infancia hay muchas, unas que marcan más, otras menos y otras tantas que incluso llegan a pasar de generación en generación. Eso es algo que le ha ocurrido a ‘Las tres mellizas’, la historia creada por Roser Capdevila en 1983 que en los años 90 dio el salto a la televisión en formato de serie y que, en la actualidad, muchos de aquellos niños siguen recordando a la perfección.
Millones de niños (y padres) se sentaban cada día para ver las aventuras de aquellas tres niñas que eran castigadas por la bruja aburrida, que la enviaba a un cuento donde debían resolver una situación algo complicada.
Lo cierto es que la historia de Ana, Teresa y Helena tiene más de realidad de lo que creemos, eso es lo que Roser Capdevila, de 85 años, le ha contado a Judith Tiral en su podcast ‘Tenía la duda’, donde la creadora ha explicado cómo surgió la serie y su historia desde sus propias vivencias.
Tal y como le explicó Capdevila durante el programa, las tres mellizas que protagonizaban la serie realmente estaban basadas en sus tres hijas, mientras que la bruja aburrida estaba inspirada en una profesora que tuvo durante su infancia. “Era mala. Yo era muy pequeña, pero me acuerdo. Disfrutaba humillando a los padres de los niños”, cuenta sobre aquella profesora que años después acabó inspirándola para crear a la bruja.
Roser Capdevila recuerda que era una época de posguerra y que la gente “vestía como podía”, pero que aún así aquella profesora reprochaba a muchos padres su forma de vestir. “Cuando entraba una persona mayor en clase teníamos que decir: ‘buenos días, ¿cómo está usted?”, rememora sobre aquella época en la que un día entró en el aula la mujer de la limpieza y, al decir la frase, la profesora se los reprochó porque ella “no era una señora”.
Además, fue especialmente dura con su hermana, a la que “humillaba siempre. La llamaba tontalinaca y mi hermana era muy tímida y lloraba”. Pero ella también sufrió esos desplantes. “Me fomentó el dibujo porque me castigaba tanto y rompía mis dibujos que eso me animó”, explica.
“Qué se ha creído. Voy a dibujar”, pensaba entonces, dando lugar así a las famosas ‘Las tres mellizas’ y a convertir a esa maestra en la bruja aburrida, aunque esta en el fondo “es buena”, en parte gracias al mochuelo, que representa su conciencia.