Heredar el negocio familiar, la dificultad en el proceso de sucesión, la rivalidad entre hermanos o el deseo de desentenderse de todo. Si has visto 'Succession', sabes cómo de entretenida puede ser la lucha por el poder si además todo queda en familia -y si esta no te salpica, claro-. La serie de HBO hace un retrato de una privilegiada familia estadounidense cuyo patriarca, magnate de la comunicación, está a punto de jubilarse y sus hijos, más que mantener vivo el imperio, parecen tan preocupados por llevarse el mejor trozo del pastel como el reconocimiento de su padre. Rodeados de lujo, yates y aviones, la serie retrata en realidad los pormenores y la dificultad de mezclar dinero y poder cuando hay vínculos sentimentales. ¿Es buena idea trabajar con los tuyos? ¿Se puede salir ileso y sin que el negocio se resienta?
Que le pregunten a los Ortega, los Botín, los Entrecanales, los Koplowitz o los Roig. Estos clanes conforman el listado de las personas más ricas de España, que recientemente publicaba El Mundo. En España, el 88,8% de las empresas son familiares, según el informe 'La empresa familiar en España', elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar. Negocios que generan un 66,7% del empleo del país y que pueden considerarse la base de la economía española. Cada año, estas generan un 57,1% del PIB.
Aunque no todos sobreviven al relevo generacional con éxito, ni mucho menos con cifras astronómicas: menos de un tercio de las empresas familiares, sin importar su tamaño, pasan a la segunda generación, y solo un 13% llega a la tercera, aseguran desde The Family Business Consulting Group.
"Las empresas familiares se caracterizan por ser lugares de trabajo en los que se comparten valores y un liderazgo común", explica a Uppers la psicóloga Syra Balanzat, de El Prado psicólogos. Dando pie a un clima de "mayor confianza los unos en los otros y a que exista una mayor flexibilidad en cuanto a horarios y conciliación familiar".
Para hacer llegar esos valores, desde la web de la consultora The Family Business Consulting Group, recomiendan que los padres o los familiares con trayectoria en la empresa, o los propios fundadores, trasmitan a la generación siguiente cuál es su razón de ser, la raíz del negocio. "Es muy útil que los hijos conozcan los fundamentos de la empresa y los principios subyacentes que la mantienen unida".
"Algunas de las desventajas de trabajar en familia están relacionadas con la dificultad en promociones y ascensos internos, la dificultad en confiar en nuevos talentos que puedan proporcionar avances empresariales y en la presencia de conflictos familiares que se trasladen al ámbito personal, dificultando relaciones fuera del ámbito laboral", explica Syra Balanzat.
La responsabilidad de mantener la empresa se vuelve algo económico y a la vez emocional. Es esto lo que en muchos casos puede generar el deseo de desentenderse del negocio. Para que este no se convierta en un lastre, la consultora mencionada recomienda presentar el relevo como una opción, no una obligación. Apoyando a los hijos o sobrinos a que continúen con e negocio solo si la idea les atrae. No obstante, la urgencia o la necesidad de mantener el sustento económico familiar no siempre permiten la libre elección.
"Esta claro que cuando tú familia depende del negocio y la empresa es la que proporciona el sustento económico, genera más responsabilidad y presión por mantenerlo, tomando decisiones basadas antes en lo personal que en el bien laboral", apunta Balanzat.
¿Es posible marcar una línea entre lo personal y laboral cuando todo es un totum revolutum? Atendiendo al ejemplo de 'Sucession', la respuesta sería 'no'. Esto es lo que aconseja la psicóloga: "En ocasiones separar ambos ámbitos es difícil porque se pueden sentir traicionados por miembros familiares, cuando si existieran conflictos con empleados, no ocurriría así. Sería necesario para que ambos ámbitos no se resintieran que tuvieran todos los miembros los roles de cada uno y sus funciones bien definidas dentro de la empresa para evitar intromisiones y conflictos. Y fuera del ámbito laboral, lo ideal sería hablar lo menos posible del trabajo y compartir otros momentos de rutina y placer".
Los datos no son demasiado optimistas, pero según resume la psicóloga, hay opciones para que no se creen grandes escisiones y balance laboral-personal sea lo más equilibrado posible. "Sería recomendable tener las funciones bien establecidas. Tener claro el ámbito en el que se encuentra cada cual en el momento, si es el laboral o el familiar y no mezclarlo; si es tujefe en ese momento, intenta no hablarle como tu padre por ejemplo. E intentar no hablar de trabajo fuera de él, fomentando otras actividades o distancia personal".