Cualquier capítulo nombrado como un poema de Shelley debería ser un clásico. "Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia / de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas/ se extienden, a lo lejos, solitarias y llanas las arenas". 'Ozymandias' es el título de un soneto del poeta inglés. 'Ozymandias' es también el nombre elegido para el que es considerado por crítica y espectadores como el mejor episodio de la historia de todas las series. Se trata del decimocuarto de la quinta temporada de 'Breaking Bad' (2008-2013), considerada también como una de las mejores de todos los tiempos.
Escrito por Moira Walley-Beckett y dirigido por Rian Johnson (que entre otras cosas sería años más tarde el director de 'The last Jedi', una de las películas más odiadas por los fans de Star Wars y probablemente una de las mejores), 'Ozymandias' se estrenó el 15 de septiembre de 2013. ¿Por qué es considerado tan bueno? Digamos que si todas las series tuvieran un tema, y ese tema tuviera un corazón, este capítulo sería ese corazón. De hecho, ese 'volverse loco', 'irse a la mierda', 'caer en el lado oscuro' o como sea que quieras traducir 'Breaking Bad', está representado en cada una de sus escenas.
El poema de Shelley trata de un viajero que se encuentra la estatua de un otrora poderoso faraón: "Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes. ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!", dice el lema de la estatua... que está caída y devorada por las arenas, como contradiciendo el poder de los dioses. La referencia es impecable.
'Ozymandias' es un capítulo que prepara el final de la serie. Y para muchos debió ser el final. Pero tal vez eso lo haga más grande, es una punto de quiebre entre todo lo anterior y un epílogo que nunca estará a la altura de este clímax. El final de la serie requería una especie de redención, misma que no cabe en esta pieza maestra de apenas 47 minutos.
El centro de este centro es, spoiler alert, la ejecución de Hank, el cuñado policía de Walter White/Heisenberg. Es una de las muchas líneas rojas que cruza el profesor de química reconvertido en traficante, pero en esta ocasión sabe que no hay retorno. Su 'ruptura' ya es total y no hay ninguna forma de volver a casa. De hecho, cuando lo hace, ya no es el mismo, ni siquiera para su propia familia, que durante toda la serie parecía tener una esperanza en él.
Los diálogos, a los que no les sobre ni una coma, están a la altura de cualquier pieza dramática menos 'comercial'. Moira Walley-Beckett ganó merecidamente el Emmy por este episodio y fue ella la que pidió que Rian Johnson lo dirigiera porque había visto lo que era capaz de hacer en el episodio 'Fly', otros de los mejores de la serie. La acción perfectamente coreografiada por Johnson, nos presenta en gran parte del capítulo una especie de 'duelo mexicano' real y emocional entre el abatido Hank (impecable Dean Norris), los pistoleros de la banda de Jack y el propio Walter White (superlativo Bryan Cranston, como siempre).
La caída de White, cuando Hank es asesinado, es el derrumbe moral hecho frame. La posterior deriva hacia los subsuelos humanos del personaje es el remate perfecto para un episodio que inmediatamente después de su estreno, hace ya una década, cosechó la aclamación absoluta. Y hasta el momento, es el único capítulo de cualquier serie en cualquier época, que goza de la calificación de 10 en el portal IMDB, con más de 200 mil votos.
Ozymandias, la estatua caída del poema se Shelley, con la que quería representar la futilidad del poder, tendrá para siempre un correlato televisivo fantástico en este otro desierto.