Si echamos la vista atrás, descubriremos que lo que vivimos fue un prólogo del presente, los preliminares de lo que vendría después. ¿Qué hicimos con la música que empezaba a sonar hace 30 años? ¿Cuántas veces la hemos escuchado? ¿Cuántos momentos cinematográficos de aquella época permanecen aún en la memoria?
Hace 30 años, el atleta cubano Javier Sotomayor ganaba el premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Ese mismo año, 1993, Nelson Mandela y Frederik W. de Klerk eran galardonados con el Premio Nobel de la Paz por lograr la eliminación del apartheid con métodos pacíficos y el establecimiento de unas leyes democráticas para Suráfrica. La novelista Toni Morrison recibía este mismo premio en la modalidad de Literatura.
Pasaron muchas cosas más en todas las esferas de nuestra vida. También en la música, el cine y la televisión. Recordarlo nos fortalece y nos invita a tomar impulso de nuevo. En verano de 1993, Alejandro Sanz volvía a robarnos los corazones con su segundo álbum de estudio, 'Si tú me miras'. Después de romper récords con 'Viviendo deprisa', sorprendía con un estilo más maduro.
Miguel Bosé llegaba con 'Bajo el signo de Caín', su undécimo álbum de estudio, el mejor y el más íntimo y cuidado, según gran parte de la crítica. Regresaba después de los dos años sabáticos en la música que se tomó tras el frenético tour 'Los chicos no lloran'. Lo hizo renegando de su condición de ídolo de adolescentes con un perfil más natural, maduro y comprometido. Su segundo sencillo, 'Nada particular' se consideró un himno a la libertad y a la no confrontación entre pueblos, con una especial sensibilidad con los refugiados de Serbia y la antigua Yugoslavia.
Loquillo y los Trogloditas estrenaron ese mismo verano 'Héroes de los 80', un álbum recopilatorio que incluía éxitos como 'El ritmo del garaje' o 'Cadillac solitario', que aún siguen sonando. En esa época, Héroes del silencio presentaba 'El espíritu del vino', el más exitoso de su carrera. Un disco rockero, complejo y experimental. Su líder, Enrique Bunbury, aparecía con un aspecto más sofisticado, con botines y sin su proverbial cinta del pelo. El álbum fue disco de oro y marcó un hito en la música española.
De fuera llegaban las bandas británicas Dire Straits, con 'On the night', y Duran Duran, con su álbum homónimo, certificado con el disco de oro en Reino Unido y platino en Estados Unidos. Lenny Kravitz, desde Manhattan e inspirado en los 70, se hacía popular con 'Are You Gonna Go My Way'.
En 1993 el público afianzó su afición a los contenidos audiovisuales con títulos como 'Frasier', la serie protagonizada por el estirado psiquiatra doctor Crane y su relación con su neurótico hermano, Niles, y su padre, Martin, formando un triángulo explosivo y lleno de humor. Con 37 premios Emmy y once temporadas en pantalla, está considerada una de las mejores series de la historia.
Igual de exitosa fue 'La doctora Quinn', la serie creada por Beth Sullivan que se emitió durante seis temporadas durante más de cinco años. Las desventuras de Michaela Quinn tratando de hacerse un hueco en la medicina servían, de paso, para denunciar conductas homófobas. Con distinto tono, triunfaba 'Corazón Salvaje', la telenovela mexicana que apuraba el gusto por los culebrones latinos y sus enredos amorosos y familiares.
La palma televisiva se la llevó 'Expediente X', creada por Chris Carter y centrada en las investigaciones de dos agentes del FBI sobre fenómenos paranormales, avistamientos de ovnis y criaturas extrañas. Es una de esas series imprescindibles en la cultura popular. Sus personajes y frases se convirtieron en verdaderos iconos y sus historias inspiraron una ola de teorías sobre conspiraciones y existencia de vida extraterrestre.
En cine, 1993 dejó títulos como 'Philadelphia', dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington. Esta película fue un revulsivo para entender el sida, una enfermedad que aún contaba con un amplio rechazo social y estigmatización de los grupos de riesgo (homosexuales, toxicómanos y hemofílicos). El diagnóstico llegaba tardío y los tratamientos eran poco efectivos. Tres décadas después, la situación ha dado un vuelco, tanto desde el punto de vista social como médico.
'La lista de Schindler', dirigida por Steven Spielberg, conmocionó como ningún otro film con un argumento que se remonta a septiembre de 1939, cuando los nazis invaden Polonia y los judíos son internados en guetos y enviados a campos de concentración. Su protagonista, Oskar Schindler, un hombre de negocios sin escrúpulos, está descrito magistralmente en la novela homónima de Thomas Keneally que inspiró la película.
De este año es también otra obra maestra de Spielberg, 'Jurassic Park', esta vez con las criaturas más espectaculares que han habitado el planeta, los dinosaurios. Sin tanta relevancia, 'Una historia del Bronx' supuso la opera prima de Robert de Niro como director, sin dejar de ser actor. Una película de gángsters ambientada en los años 60 y con clara influencia de Martin Scorsese que consigue atrapar al espectador.
En España, Bigas Luna estrenaba 'Huevos de oro', una puesta en escena ácida de los mitos del machismo ibérico y la especulación inmobiliaria en la costa. El actor Javier Bardem se metía en la piel de Benito, un joven con dos sueños que acaban resultando incompatibles: casarse con la mujer de su vida y construir un enorme rascacielos.
Con '¿Por qué lo llaman amor cuando quiere decir sexo?', Manuel Gómez Pereira dejó un título muy oportuno para sugerir muchas teorías y debates que aún siguen abiertos. A pesar de llevarse un premio Goya, la comedia pasó sin pena ni gloria.
Luis G. Berlanga dirigió 'Todos a la cárcel', uno de sus trabajos más divertidos y punzantes del cineasta que, a sus 72 años, se mostraba más activo y ocurrente que nunca. Se rodó en la cárcel Modelo de Valencia y extrajo elementos de la realidad política y cotidiana.
Gamberra y atrevida, pero con una fisionomía muy distinta, fue también 'Kika', de Pedro Almodóvar. El cineasta manchego -Almodóvar en estado puro- lanzó una crítica, casi visionaria, a la televisión que fisga en las vidas privadas para regodearse en el dolor de la gente. Magistral la interpretación de Verónica Forqué, que asumió toda la carga humorística y a la vez trágica de la cinta.