Yolanda Ramos lleva más de 20 años dedicándose a la interpretación, a la comedia y a la televisión, pero no hay duda de que su éxito llegó especialmente cuando en 2016 formó parte del reparto de ‘Paquita Salas’ con el personaje de Noemí Argüelles, que no solo conquistó al público, también a la crítica, ganando un premio Feroz. A sus 55 años la actriz y presentadora disfruta del cariño del público y una carrera asentada en la que no siempre lo ha tenido fácil, tampoco en lo personal.
La catalana siempre tuvo claro que quería ser artista, así que con solo 20 años se metió a vedette en El Molino de Barcelona, donde Sara Montiel rodó ‘El último cuplé’. “Hacía streapteases integrales con un mantón de manila. Mi familia no me dijo nada, tenía 22 años”, le contó a Samanta Villar en ‘Samanta y la vida de…’. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que lo quería realmente era hacer reír a los demás.
Así fue como entró en las compañías de espectáculos La Cubana y El Terrat, aunque el reconocimiento popular llegó años después con sus imitaciones en ‘Homo Zapping’, su aparición en la serie ‘7 vidas’, o su participación en ‘Volver’, de Pedro Almodóvar.
Mientras encadenaba proyectos, Yolanda Ramos encontró el amor cuando participaba en la versión española de ‘Saturday Night Live’ en 2009. La actriz se enamoró de Mario Matute, que era técnico del programa y se quedó impresionado al verla, por lo que se coló en las oficinas de producción para poder conseguir el teléfono de Ramos.
“Mi marido es pura luz. Mario es lo mejor que me he encontrado a nivel amoroso, es un hombre bueno, 11 años más joven que yo”, le contaba a Villar, una diferencia de edad que en ocasiones ha sido dura para ella. También el inicio de la relación, pues en ese momento la cómica acababa de salir de una relación, por lo que no disfruto el inicio de la suya con Mario. “Fuimos a comprar una nevera y él estaba muy ilusionado y yo decía: ‘Es que es mi quinta nevera’. Y me hizo sacarme una foto delante”, recordaba entre risas.
Al final la relación logró afianzarse y en 2013 se convirtieron en padres de su hija Charlotte, un proceso que fue complicado para Yolanda Ramos. La presentadora había intentado antes quedarse embarazada y había sufrido hasta tres abortos.
“Me hice cinco in vitros. Lo llevé fatal. Fueron como cinco años con dos parejas diferentes. Una separación en medio. Tuve mucho miedo durante el embarazo. No me ha sido fácil ser madre porque lo he sido muy mayor y he tenido que recurrir a la ciencia”, le explicaba a Samanta Villar. Finalmente llegó Charlotte a sus vidas para formar la familia que la actriz ansiaba. “Este es mi presente”, decía junto a su marido y su hija.
A pesar de desbordar alegría siempre ante las cámaras, Ramos también ha pasado por momentos complicados. Hace un año falleció su madre, a la que estaba muy unida y a la que consideraba “fuente de inspiración para todos mis personajes”.
Yolanda Ramos también ha comentado en diversas ocasiones que desde niña está diagnosticada como “persona altamente sensible”, y en una charla con María Casado hace un año le explicaba que suele sentir que “no está preparada para la vida”, además de haberle diagnosticado depresión. “No sé si la vida merece la pena. Estoy aquí y no me lo pregunto mucho, tiro para adelante”, decía.
Esa imagen que proyecta hacia fuera considera que en ocasiones le ha perjudicado en el ámbito laboral porque “por esa sinceridad mía la gente aprovecha para pagarme menos… Me pasa todo el rato, doy aspecto de loca”.