Creció con un compañero peludo de fantasía y ha muerto con un compañero peludo en la realidad. Benji Gregory, el niño que a finales de los ochenta tenía una relación entrañable con el extraterrestre devora gatos Alf, en la recordada serie de televisión, fue hallado hace unas semanas en su coche, junto a su perro de compañía, Hans. Ambos habían muerto, presumiblemente, de un golpe de calor. La noticia la daba a conocer su hermana este mismo jueves.
Como ocurre con tantos niños actores de la industria audiovisual, el crecer es casi una maldición. Muchos de ellos se ven expuestos a una enorme atención durante años cruciales en su formación, y cuando eso falta, es decir, cuando dejan atrás la imagen infantil que queda fijada en la mente de los espectadores, sobreviene el vacío.
La última aparición de Benji Gregory en la pantalla fue en el año 1993, solo tres años después de que cancelaran 'Alf'. Antes de esa comedia, ya había tenido una larga carrera como niño actor, con apariciones en 'La isla de la fantasía', 'El equipo A' o 'Punky Brewster'. Después, no volvería actuar. Ya en los 2000 un olvidado Gregory decidió estudiar en la arte en la Universidad pero terminó enlistándose en la Marina de su país, donde sirvió hasta el año 2005.
"Ben era un gran hijo, hermano y tío - ha dicho en redes sociales Rebecca Pfaffinger, su hermana, encargada de dar la noticia-. Era divertido estar con él y nos hacía reír muy a menudo". Sin embargo, la mujer también ha revelado que el ex actor de 46 años padecía hace varios de depresión, trastorno bipolar y un trastorno del sueño que a menudo lo mantenía despierto durante días.
"Mi hermano Ben fue encontrado en su auto, junto con su querido perro de servicio Hans, fallecido el 13 de junio -ha dicho Pfaffinger- Creemos que fue allí la tarde del día 12 para depositar algunos residuos. Nunca salió de su coche, donde lo encontraron. Se quedó dormido y murió por un golpe de calor vehicular".
Lamentablemente, no es la única tragedia alrededor de la serie, una comedia típica de familia de clase media americana cuya apacible vida suburbial se ve alterada por la llegada de un elemento perturbador, en este caso un extraterrestre con pinta de mascota. El padre de la familia Tanner, Max Wright, fue carne de tabloides en 2000 y 2003 tras ser reiteradamente detenido por conducir en estado de ebriedad. Años después, algunos medios reportaban que el actor se pasaba los días drogándose en su casa de Los Ángeles. Finalmente, en 2012 el National Enquirer publicó una serie de fotografías en las que se podía ver al actor consumiendo drogas en su piso y manteniendo relaciones sexuales con personas que vivían en la calle. Nunca se recuperó de aquello y murió de Linfoma hace cinco años.
La familia televisiva americana: ese amorfismo lejano fantástico.