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Tres cosas que nos enseñó 'Luz de luna' sobre la tensión sexual no resuelta

Bondades de 'Luz de luna' antes de siquiera hablar de la 'tensión sexual no resulta': 1. Bruce Willis. 2. Cybill Sheperd. 3. Hacían cosas raras: como romper la cuarta pared de manera demencial, adaptar obras de Shakespeare, burlarse de sus propios productores, hacer capítulos musicales, hacer capítulos en blanco y negro, hacer capítulos musicales en blanco y negro, hacer capítulos musicales en blanco y negro presentados por Orson Welles, y un largo etc. Por si fuera poco, tenían el mejor tema de cabecera de la historia de la tele (no vamos a discutir esto): "Moonlighting", interpretada por Al Jarreau. Y después, claro, estaba aquello de la 'URST' ('unresolved sexual tension') entre los personajes de David Adisson y Maddie Hayes. Vaya par.

La zanahoria atada al palo

Es así: cuando hablamos de series de televisión, si la tensión sexual no resuelta es la zanahoria atada en un palo, los espectadores somos el burro que la sigue empecinadamente. Ahora nos parece natural, pero cuando se estreno 'Luz de luna' hace ya cuarenta años, aquello era una salvajada de flirteos sarcásticos como solo podían ser ejecutados por un joven Bruce Willis (antes de 'La jungla de cristal') y una consagrada Cybill Sheperd (después de 'Taxi Driver').

La pareja de detectives -se dice que tuvo sus más y sus menos también en la vida real- investigaba casos más o menos bobalicones (todo hay que decirlo) pero era tan increíblemente divertida y las expectativas por lo que ocurriría entre ellos de consumarse una relación eran tan altas, que los espectadores consagraron la serie... hasta que la consumaron. Así que aquí van tres lecciones que aprendimos de ellos sobre el asunto:

1.Los polos opuestos se atraen

Es una verdad de Perogrullo, pero no por eso es menos remarcable. Dicen que Bruce Willis iba vestido casi como un indigente, a lo punky y con pendientes en las orejas, cuando se presentó al casting de 'química' junto a Cybill Sheperd, que por supuesto ya era una estrella. Seguramente aquello sentó el tono de esa relación en la que ella era la pija y él el macarra... pero de alguna manera lograban trascender esa rivalidad juego de poder, lucha de clases o cómo quieras llamarla, para llevarnos siempre al límite del clímax sociológico... y dejarnos con la miel en los labios.

2.Siempre tiene un lado oscuro

En 'Luz de luna' la protagonista llegaba a tener un aborto espontáneo (recordemos que eran los 80) y al protagonista su esposa lo había dejado por otra mujer (again: recordemos que eran los 80). Ella era una mujer rica, pero venida a menos, y él era directamente un perdedor. Ambos estaban bastante llenos de rencor y mala leche. Con todos esos elementos, los personajes coreografiaban verdaderos duelos en los que la tensión llegaba a los insultos y (ejem) violencia física mientras los espectadores asentíamos con la cabeza como diciendo 'dame más'.

3.Es mejor no resolverla

Hay algo que se conoce, de hecho, como la 'maldición de la 'Luz de la luna'': a los productores, que habían cautivado a la audiencia durante dos temporadas no se les ocurrió mejor idea que darle a la audiencia lo que quería. Y sí, fue algo precoz. Porque si bien es cierto que el capítulo en el que Maddie y David consuman finalmente su amor fue el más visto de la serie, lo cierto es que después de eso la cosa fue cayendo en picado y solo dos temporadas después la serie era cancelada. Moraleja: algunas cosas es mejor dejarlas en el plano fantástico (o perfomático, que diría Ter) y no aterrizarlo en una realidad que puede ser momentáneamente satisfactoria, pero a la larga puede resultar decepcionante.

Puedes ver 'Luz de luna' completa en Filmin.