El pasado año, Bruce Willis, de 69 años, era diagnosticado de una demencia frontotemporal. Desde entonces, su exmujer, Demi Moore, con la que rompió su matrimonio tras 13 años juntos y tres hijas en común, Rumer, Scout y Tallulah, se ha convertido en uno de los mayores apoyos para el actor.
La dolencia del intérprete se ha convertido en una situación complicada para su familia que, ante la adversidad, está más unida que nunca. Así lo demuestran ellos mismos a través de sus redes sociales donde, en estos últimos meses, han sido habituales sus publicaciones en las que actualizan el estado de salud de Bruce a través de sus palabras e imágenes juntos.
Ahora, tal y como ha informado InTouch, una fuente cercana a todos los anteriores habría revelado que Demi “ha decidido adoptar una nueva perspectiva de la vida". Según el medio citado, la de Hollywood “se siente extremadamente agradecida y abrumada por las emociones" y es que estas últimas semanas le habrían servido para repasar “su vida con él”, por la que está “agradecida por todas las cosas por las que han pasado”.
Sin embargo, Moore es más que consciente de todo lo que está ocurriendo en cuanto a la enfermedad del padre de sus hijos: "Es agridulce, pero también inspirador. Ella admira mucho a Bruce y se está preparando para su emotivo adiós", ha confirmado. Y es que según han contado, “verlo pasar por sus luchas le ha enseñado cómo ser una luchadora".
En marzo de 2022 se hacía pública la retirada profesional de Bruce Willis, que abandonaba el mundo del cine tras cuatro décadas de trabajo y un gran recorrido de taquillazos y papeles memorables a sus espaldas. El diagnóstico, en un primer momento, fue la afasia, una enfermedad que con el paso del tiempo va generando la pérdida de la capacidad de expresarse y comprender del paciente.
Posteriormente, a principios del pasado año, era la familia la que difundía el “diagnóstico más específico” que habían recibido: "Aunque es doloroso, es un alivio tener por fin un diagnóstico claro", se sinceró antes de confirmar que sufría la conocida como FTD, por sus siglas en inglés, de 'frontemporal dementia'. Sus síntomas más habituales son problemas del habla y el lenguaje, trastornos del movimiento similares a los del Párkinson o los cambios en la conducta y la personalidad.