Hay dos tipos de millonarios: aquellos cuya fortuna es heredada y millonarios que se encargaron de construir su riqueza desde cero. En estos últimos reparó Thomas Corley, que investigó durante cinco años a 225 de ellos. Los entrevistó en profundidad, siguió su estilo de vida, sus hábitos financieros. La investigación de Corley, quien es contador y planificador financiero, tuvo como resultado un libro titulado Hábitos ricos: los hábitos diarios de éxito de las personas ricas. Publicado en 2009, fue un éxito de ventas y se convirtió en un clásico.
Por lo general, los millonarios entrevistados por Corley eran dueños de negocios, empresarios, inversores o genios que habían creado algún producto o servicio único. Entre ellos Bill Gates, Elon Musk y Jeff Bezos. Cada uno de ellos caía en una de cuatro categorías: ahorradores-inversionistas, escaladores de empresa, virtuosos y soñadores. El libro de Corey, que abunda en la narración de casos, presenta también algunos de los “hábitos de ricos” que promete su título. Entre ellos, estos son algunos de los más importantes. Además, Bill Gates, nunca ha tenido pelos en la lengua y se permite el lujo de darnos las claves para hacerse rico.
Los ahorradores-inversionistas entrevistados por Corley ahorraron constantemente el 20% o más de su salario neto, todos los meses. Por lo general, destinaban el 10% a cuentas de jubilación y el otro 10 % se dirigía automáticamente a una cuenta de ahorros separada. Muchos lograron esto al automatizar el retiro de un porcentaje fijo de su salario neto. Además, los ahorradores-inversores transferirían sus ahorros mensuales acumulados a una cuenta de inversión
De acuerdo con este experto, incluso si no se puede ahorrar el 20% del salario, ahorrar un porcentaje menor de manera constante puede ayudar a alcanzar las propias metas financieras. Si algo tienen en común Jeff Bezos, Elon Musk y Bill Gates es su estrategia de ahorro. Utilizan lo que se denomina la regla de las cinco horas y el primero en implementarla fue Benjamin Franklin. Se basa en dedicar al menos cinco horas a la semana a aprender de forma consciente.
Debido a que los ahorradores-inversionistas invirtieron constantemente sus ahorros, su dinero se acumuló con el tiempo. Cuando comenzaron, este interés compuesto no era muy significativo. Pero después de 10 años, comenzaron a acumular una riqueza significativa, con un promedio de riqueza US$ 3.3 millones. En lo que respecta a los millonarios conocidos como “soñadores-emprendedores” si bien en la primera etapa de la búsqueda de sus sueños no tenían capacidad de ahorro, una vez que lograron el éxito inmediatamente dieron un giro y comenzaron a invertir sus ganancias.
Además. aquellos que nacieron en las clases media o baja y se convirtieron en millonarios no se limitaron a una única fuente de ingresos. Desarrollaron corrientes múltiples, valores de la bolsa, renta de propiedades y negocios laterales son algunas de las distintas fuentes de ingresos a las que recurren los ricos.
Uno de los denominadores comunes los millonarios objeto de estudio de Corley es que todos eran extremadamente austeros. De acuerdo con el experto, ser frugal requiere ser consciente de cómo se gasta el dinero, gastar el dinero en productos y servicios de calidad y gastar la menor cantidad posible buscando el precio más bajo. “La mayoría de los ricos de mi estudio fueron educados por padres pobres o padres de clase media que intentaban inculcar en ellos buenos hábitos. Ser austero fue uno de esos buenos hábitos que llevaron consigo en su vida adulta”, señaló Corley. Se austero “le permitirá ahorrar una mayor cantidad de dinero”, recomienda Corley. “Y cuanto más tenga ahorrado, más dinero podrá invertir”.
Los millonarios por mérito propio buscan siempre mantener los gastos lo más bajo posibles. Sus estrategias incluyen:
Las personas que obtuvieron éxito financiero comparten tres características, según el estudio de Corley: “Concentración, persistencia y paciencia”. Nunca dejan de perseguir sus objetivos, aunque sufran reveses: “Aquellos que se convirtieron en millonarios son persistentes. Nunca renuncian a su sueño. Prefieren ahogarse mientras el barco se hunde antes que darse por vencidos”, escribió. Más de la cuarta parte de sus encuestados dijo que fracasó al menos una vez en su negocio, y se levantó y siguió adelante. “Si queremos tener éxito en la vida, tenemos que resistir ante la adversidad, aunque parezca interminable”, concluyó.