Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, tanto fuera como dentro de nuestros hogares, es básico estar preparados para contrarrestar el frío exterior y conseguir que nuestras casas estén calentitas. Para ello es importante que nuestro equipamiento funcione como es debido, y una de las cosas que podemos hacer es asegurarnos de que los radiadores en nuestro hogar no pierden agua.
La pérdida de agua en un radiador puede ser un problema común pero molesto que, si no se trata adecuadamente, puede derivar posteriormente en complicaciones más serias. Si quieres saber por qué pasa, sus soluciones y las medidas preventivas para lidiar con esta situación, sigue leyendo.
Causas habituales de la fuga de agua en los radiadores:
En el caso de solo tener que llevar a cabo ajustes menores será necesaria una llave inglesa, un recipiente para recoger agua y trapos absorbentes para evitar que el agua restante se disperse. En el caso de que nuestro radiador requiera reparaciones mayores necesitaremos masilla reconstructora, lija, y posiblemente pintura anti-calórica para un acabado más duradero.
El proceso de reparación difiere en caso de que los daños solo sean menores o haya fugas mayores en nuestro aparato de calefacción. Con fugas menores el primer paso es apretar las tuercas y juntas y reemplazar las juntas desgastadas. Esto soluciona los problemas en una buena porción de los casos. También es conveniente purgar el radiador, lo que elimina el aire atrapado, que podría ser otra causa probable de la fuga.
En el caso de que el radiador tenga daños mayores, con grietas, debemos limpiar la zona afectada y aplicar la masilla adecuadamente. Dejar secar y luego lijar para un acabado suave. Tras ello, para proteger y disimular la reparación, se puede aplicar una capa de pintura anti-calórica.
Si la fuga persiste, es compleja o si no nos sentimos seguros realizando la reparación, la alternativa sería contactar a un profesional. Un fontanero cualificado puede identificar y solucionar el problema eficientemente.
Las fugas en los radiadores, aunque comunes, requieren atención y cuidado. La identificación temprana y un mantenimiento regular pueden prevenir problemas mayores. Sin embargo, para reparaciones complicadas o persistentes, la intervención de un profesional es la mejor opción. Con estas pautas, puedes asegurarte de que tu sistema de calefacción funcione de manera eficiente y segura.