¿Qué es el calor negro y cómo puede ayudarte a ahorrar en invierno?

El invierno ha comenzado, y lo ha hecho con el miedo a los importes de las facturas de luz y gas como consecuencia de la crisis energética que lleva meses asolando a Europa. 

El alza inflacionista que asola al Viejo Continente desde el estallido de la Guerra de Ucrania, que sirvió para azuzar una situación financiera que ya a finales del año pasado daba muestras de complicaciones, ha encarecido los precios de la energía y otros muchos productos y disminuido, consecuentemente el poder adquisitivo de las familias. Solo en España, se calcula que las familias perderán aproximadamente 42.000 millones de euros de poder adquisitivo entre este año y 2023, tal y como reflejan los datos del centro de análisis Funcas compartidos en un artículo publicado por El Mundo. 

Ante esta situación, y en vista de que en los meses de invierno es cuando solemos poner la calefacción, es imprescindible tomar ciertas medidas para poder ahorrar en costes y evitar que nuestras facturas se disparen. Anteriormente, hemos hablado de la importancia de limpiar y purgar los radiadores para poder aprovechar al máximo sus prestaciones y de cómo los burletes pueden ayudarnos a aislar mejor nuestra casa para mantener mejor el calor, pero hay otras soluciones alternativas que podemos aplicar para no morir de frío en casa y evitar que nuestras facturas se disparen.

Una de estas alternativas consiste en utilizar un brasero, un sistema de calefacción rápido y barato que podemos encontrar en distintas viviendas. Aunque los antiguos braseros de gas y combustión resultaban extremadamente peligrosos, ya que podían causar intoxicaciones e incendios, actualmente su uso es prácticamente anecdótico, ya que han ido siendo sustitutos por los eléctricos, un sistema de calefacción alternativo que, además de resultar segura, puede ayudarnos a disminuir nuestras facturas, sobre todo si empleamos el ‘calor negro’.

¿Qué es el calor negro?

El ‘calor negro’ es aquel que aparece cuando se utiliza el brasero para generar calor a baja intensidad, aproximadamente a unos 250 KW (la mayoría de braseros tienen una potencia que oscila entre los 250 y los 900 KW). Al producir calor de esta manera, se reduce el riesgo de sobrecalentamiento y, consecuentemente, se puede generar un ahorro energético que nos puede ser de mucha utilidad en estos convulsos meses de invierno. 

El calor negro resulta especialmente recomendable para los días en los que, pese a no hacer demasiado frío, sí echamos en falta una fuente de calor adicional. Además, resulta especialmente conveniente para calentar estancias de poco tamaño, como una habitación pequeña o una cocina. Así que si estos meses de invierno queremos ahorrar en nuestra factura, recurrir a ellos puede ser una opción interesante.