Tan solo quedan unos meses para la llegada de nuevo año, un 2025 que llega cargado de novedades para aquellos que están pensando en la jubilación. El 1 de enero de 2025, toca de nuevo la entrada en vigor de cambios relativos a la edad mínima de jubilación y mínimo de años cotizados para acceder a la pensión máxima tanto para pensiones ordinarias como anticipadas.
Para acceder a la jubilación, en 2025 habrá que haber cumplido los 65 años si se tienen cotizados 38 años y 3 meses o más y 66 años y 8 meses con menos de 38 años y 3 meses: harán falta pues 3 meses más cotizados si se quiere jubilar a los 65 o esperar dos meses más que ahora si te ha cotizado menos de 38 años.
Desde el BBVA explican que “el porcentaje en el que se incrementarán las pensiones en 2025 se conocerá a título provisional a final de noviembre, en torno al próximo 29 de noviembre. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará el dato adelantado del IPC de noviembre (IPCA) a final de noviembre, lo que permitirá realizar un cálculo aproximado de la subida de las pensiones”.
Será a mitad de diciembre de 2024 cuando se conocerá el porcentaje definitivo del IPC de noviembre. Por tanto, en esa fecha ya podremos conocer cuánto se revalorizarán las pensiones contributivas de jubilación en 2025. Hasta el momento, según la evolución que ha seguido el IPC durante el año 2024, es posible hacer una estimación de cuánto aumentarán las cuantías de las pensiones contributivas de jubilación para el año 2025.
Al respecto, desde la entidad bancaria indican que “el dato adelantado del IPC en agosto de 2024 se ha situado en el 2,2%. Según la previsión de Funcas hasta diciembre del 2024, realizada en Julio en base a los datos de IPC de junio, la tasa media de inflación esperada para 2024 se situaría en el 3,2%, con una tasa interanual en diciembre del 3,5%. Por tanto, si se cumple esta estimación, las pensiones contributivas podrían revalorizarse en 2025 un 3,5%”.
La reforma de las pensiones en España no se limita únicamente al incremento de la pensión máxima. Incluye también la revalorización de las pensiones mínimas y no contributivas, que buscan reducir la brecha entre los ingresos de los pensionistas y el umbral de la pobreza. Para 2027, se espera que las pensiones mínimas alcancen los 16.500 euros anuales, un aumento significativo desde los 13.500 euros actuales en los que estamos.
Además de todo esto, la reforma contempla un incremento gradual de las bases máximas de cotización, lo que implica que tanto trabajadores como empleadores contribuirán más al sistema, asegurando con ello que el sistema sea sostenible no solo a corto plazo. Este incremento se hará, eso sí, de forma escalonada y evaluará su impacto cada cinco años, ajustándose según las necesidades financieras del propio sistema en el momento.
Desde 2051 y hasta 2065, se producirán incrementos adicionales, para que al final del periodo la pensión máxima haya subido de manera acumulada un 20%. En 2024 la pensión máxima se sitúa 3.175,04 euros mensuales en 14 pagas (44.450,56 euros anuales).
Asimismo, la reforma de pensiones determina que el complemento de la brecha de género subiría un 10% en 2024 y otro 10% en 2025, lo que se sumará a su revalorización anual según el IPC. En 2024, asciende a 33,20 euros mensuales.