Todo el mundo sueña con ser rico. Especialmente en los días de trabajo más duros, fantaseamos con la idea de convertirnos en millonarios de la noche a la mañana, ya sea consiguiendo el ascenso más importantes de nuestras vidas, ganando el Euromillón o recibiendo una herencia millonaria de un familiar lejano al que ni siquiera habíamos llegado a conocer. Pero la realidad es otra, y lo cierto es que muy pocos pueden presumir de tener una fortuna boyante.
Hacerse rico cuando no has nacido en una familia bien acaudalada y privilegiada es complicado, sin embargo, hay unos pequeños consejos que nos pueden ayudar a ampliar nuestra cuenta bancaria y a vivir de una manera más cómoda y holgada. Si quieres saber cómo se mueven los ricos para no dilapidar sus bolsillos, aquí tienes unas reglas que te permitirán ahorrar como ellos.
Controlar nuestras finanzas es fundamental si queremos ahorrar y no llevarnos más de un susto a final de mes. Por ello, es recomendable que elaboremos un listado mensual, ya sea en una libreta o una aplicación móvil, con nuestros ingresos y gastos para saber en que nos dejamos el dinero. El presupuesto es una herramienta muy útil que nos permitirá saber donde podemos recortar para evitar gastos innecesarios en función de nuestro sueldo y estilo de vida.
A pesar de que los expertos recomiendan ahorrar al menos un 10% de nuestro sueldo y no invertir más de un 30% de nuestros ingresos mensuales en pagar nuestra vivienda, los desproporcionados precios de los alquileres y el estancamiento salarial pueden hacer que sea muy complicado cumplir estas metas, sobre todo si vivimos en grandes ciudades. Sin embargo, si creamos nuestro propio presupuesto, podremos encontrar el método de ahorro que mejor se ajuste a nuestra situación.
Además, una vez encontremos el porcentaje que podemos ahorrar cada mes, podemos automatizar una transferencia periódica con la cantidad que queremos reservar a nuestra cuenta de ahorro para asegurarnos de que no la gastamos y crear, lentamente, un pequeño colchón.
A todos nos gusta darnos un capricho de vez en cuando, pero, si realmente queremos ahorrar, debemos controlarnos, incluso con las compras más pequeñas y, aparentemente, insignificantes. Pedir comida a domicilio o desayunar en el bar pueden parecer gastos superfluos, pero si sumamos todas estas pequeñas cantidades de cada mes la cifra se vuelve más que reseñable. Evitar estos gastos nos ayudará a ampliar nuestra cuenta corriente, aunque, eso sí, tampoco se trata de prescindir de todo.
Cuando se habla de cuidar nuestros gastos no se habla de quitarnos de todo aquello que no sea absolutamente necesario, sino de detectar esas operaciones que ni son necesarias ni nos aportan ningún tipo de felicidad y reducirlas. Un truco que nos puede ayudar a evitar este tipo de compras es eliminar el acceso online a nuestra cuenta de ahorro. De igual manera, marcarnos pequeñas metas mensuales, intentar ahorrar a primeros de mes, comparar los precios de las tiendas y aprovechar las ofertas y descuentos pueden sernos de ayuda.
Una vez tengamos cubiertos nuestros gastos mensuales y hayamos cumplido nuestras metas mensuales y creado un colchón para posibles situaciones de emergencia, podemos plantearnos invertir parte de nuestro sueldo. A pesar de que son muchos los que rechazan este tipo de operaciones por considerarlas demasiado arriesgadas, saber invertir en los bienes adecuados puede darnos muchos beneficios de cara al futuro.
No obstante, si el tema de la bolsa no es lo tuyo, recuerda que invertir no es solo comprar acciones, sino también ampliar nuestro patrimonio, así que, si estás pensando no te atreves con el mercado bursátil, considera comprarte una pequeña casa o piso. A la larga, este gasto te ayudará a ahorrar.