Seguramente en los últimos tiempos hayan llegado noticias a tus oídos acerca de algo llamado Bitcoin, una moneda virtual en la que invertir para tener un extra de cara a tu jubilación. Aquí te explicamos todas las vicisitudes de esta 'criptomoneda' que tuvo su apogeo en 2017 y que ahora, en plena pandemia por coronavirus, vuelven a vivir su época dorada.
No se sabe muy bien hasta cuándo durará el 'rally' alcista, pero lo cierto es que Bitcoin está superando cotizaciones a las que no llegaba desde 2017, cuando alcanzó un máximo de 16.721€ (19.650 dólares). Entre los motivos que han podido desencadenar esta nueva subida podría estar el anuncio de Paypal, que empezará a utilizarlos dentro de su plataforma, o la cada vez más escasa oferta de esta criptomoneda. Y, ya se sabe, a menor oferta, mayor revalorización.
No es una moneda. No es un billete. No tiene forma alguna, es totalmente digital, una combinación de letras y números que han sido descifrados de un código. Sin embargo, sí que hay un número limitado de unidades en posesión de los usuarios:21 millones de bitcoins. Así se podrá controlar la inflación, aunque, por el momento, se han emitido el 89,139% de ellos, quedando casi 2,28 millones aún por crear.
Igual que la identidad de Bansky está oculta, la del creador de esta criptomoneda, también. Se sabe el nombre, Satoshi Nakamoto, pero no quién está detrás de él. Se especula que puede ser un informático japonés que, en 2009, publicó el código de creación de los bitcoin, pero lo cierto es que nunca ha trascendido la identidad real, llegando incluso a pensar que sea un grupo de personas en lugar de una sola.
En un mundo idílico, los btc fueron creados como una manera alternativa de pagos alejado de los bancos. Con un sistema descentralizado. Si en una transacción estándar es el banco de turno quien la verifica, quedando únicamente en sus manos, en el entorno bitcoin las verificaciones las hacen miles de usuarios a la vez, dejando así al sistema financiero tradicional de lado.
Entre los usos más comunes está el de pagar productos y servicios a las empresas que lo acepten como forma de pago, pero, históricamente, ha servido para especular. Ahora, con el anuncio de Paypal de integrarlos en su plataforma, su utilidad podría ser mucho mayor, al estar al alcance de la compra de cualquier producto a través de la web.
Sin embargo, ese sistema de verificación también tiene sus contras. Por ejemplo, en sus orígenes los bitcoins eran utilizados en el mercado negro y el internet profundo para hacer pagos de armas, drogas, órganos y todo lo peor que te puedas imaginar. Aún hoy ocurre, y no es extraño ver secuestros de información que no se liberan si no es con una cantidad de bitcoins. O timos, como el ocurrido recientemente en Twitter, en el que hackean las cuentas de personas famosas para pedir bitcoins a cambio de más bitcoins.
Hoy por hoy es complicado, a no ser que tengas una gran suma de dinero para especular en el mercado. Pero en sus orígenes ha habido personas que han sabido aprovechar la oportunidad. Como un alemán que, en 2009 compró 23 euros en bitcoins y los vendió en 2013 por 750.000€. O Erik Finman, que invirtió los 800 euros que le regaló su abuela en su 12 cumpleaños número en 2011 y ahora tiene una fortuna estimada de 3,64 millones de euros.
En 2017, por ejemplo, la cotización de un solo bitcoin pasó de unos 3.000 por unidad en agosto a más de 16.000 en diciembre. Fue su momento álgido y en el que, también, mucha gente que no supo invertir o que entró en el pico alto perdió su dinero o aún están esperando una nueva subida para recuperar.
El mercado de bitcoin es un mercado que, por decirlo claro, controlan fuerzas desconocidas. Tan pronto puede tener una gran subida, como en el segundo semestre de 2017, como puede hundirse, tal y como ocurrió los seis meses siguientes. ¿El motivo de la subida y de la bajada? Nadie lo sabe. Lo cierto es que durante la segunda mitad de 2017 todo el mundo hablaba del bitcoin como la revolución a la hora de pagar, de un nuevo maná, comparable con el oro, pero todo quedó en una travesía por el desierto hasta que se ha vuelto a revalorizar.
Si aún así has decidido dar el paso y probar suerte con los bitcoins, uno de los portales que sirve como puerta de entrada suele ser Coinbase, que tiene una interfaz bastante intuitiva para los principiantes. Tendrás que dar, eso sí, multitud de datos, fotos del DNI, etc, para que verifiquen que no eres un bot o estás dado de alta en alguna lista negra. ¡Ah, y ojo con las comisiones, porque ahí sí que se parece este nuevo sistema al antiguo!
Si no es algo físico, ¿cómo se produce un bitcoin? Para entender esta génesis hay que hablar de los llamados 'mineros' de bitcoin. Imagínese una sala llena de ordenadores procesando información e intentando descifrar códigos. Por cada código descifrado, se genera una porción de bitcoin. Esos, los ordenadores trabajando para un mismo fin son los 'mineros'. Pero hay un problema: imaginemos ahora que para generar 0,01 bitcoin necesitamos tener una red de 100 ordenadores conectados a la vez, gastando energía. Esos 0,01 bitcoin pueden tener un valor de 25 euros, pero el coste de la energía necesaria para generarlo puede ser superior a la rentabilidad. Por eso no todo el mundo puede 'minar' bitcoins, y las llamadas 'granjas de bitcoin' se encuentran, sobre todo, en lugares rurales de China donde la energía es muy barata.