El frigorífico, junto a la piscina y el aire acondicionado, es nuestro aliado más fiel durante la calurosa época estival. Guardar helados, poner cervezas a enfriar, rellenar una botella de agua y esperar a que se congele... Tenemos el 'frigo' a todo gas y pocas veces reparamos en el gasto eléctrico que supone. Quizá por ello no sorprenda que sea uno de los electrodomésticos que más consume: un 31% del consumo eléctrico, según la Organización de Consumidores y Usuarios. Si quieres saber cómo limitar el gasto que supone para rebajar la factura de la luz este verano, te recomendamos que sigas esta guía que ha elaborado la OCU.
En la medida de lo posible, debes instalarlo lo más lejos posible de las fuentes de calor de tu casa (como el horno, la cocina eléctrica o el radiador). Cuando se encuentra cerca de este tipo de electrodomésticos, que desprenden calor, gasta una mayor cantidad de energía para mantener la temperatura en el interior.
Además, es importante que te asegures de que se encuentra en un entorno en el que circula aire. Por ello, es mejor que no lo coloques cerca de la pared, sino que dejes unos centímetros de espacio libre para que corra el aire y no se caliente por las paredes.
Una de los principales motivos del gasto se produce cuando ponemos el selector de temperatura a un nivel muy bajo. La OCU recomienda establecerlo a una temperatura interior de 5 grados y de 18 bajo cero en el congelador. Esto es suficiente para conservar todos los alimentos y supondrá un menor volumen de consumo a final de mes.
Parece obvio, pero tener la puerta del frigorífico abierta sube la temperatura interior. Al calentarse más, por tanto, necesita un gasto de energía mucho mayor para conseguir un nivel de óptimo de frescura, por lo que si vas a utilizarlo, no vas a utilizarlo, recuerda cerrarlo siempre. También es importante pasar la aspiradora por la parte de detrás y quitar el polvo.
Este dato es bastante desconocido. Tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador aumentan el consumo hasta un 30 %, asegura la OCU. Por ello, una buena solución puede ser descongelar de vez en cuando el interior del congelador y limpiarlo, para limitar este aumento de consumo.
Por supuesto, no si estás en casa. Pero si te vas unos días fuera o vas a irte de casa una temporada, vacíalo, límpialo y desenchúfalo. Es un consejo básico aunque muy efectivo a la hora de ahorrar en consumo eléctrico.