Si a pesar de no trabajar, Bill Gates es la cuarta persona más rica del planeta por algo será. En Uppers hemos querido repasar las enseñanzas que ha dejado a lo largo de su carrera porque de ellas se desprende cuál es el truco de Bill Gates para ser rico. Lo que tenemos claro es que la clave no solo está en cómo se hizo rico Bill Gates sino en cómo logra año tras año mantenerse en el Top 5 de las mayores fortunas de todo el mundo.
Según Bloomberg, que cada día al cierre de la Bolsa de Nueva York elabora el ranking del patrimonio de los multimillonarios, en octubre pasado Gates tenía 128.00 millones de dólares. Esta cantidad inimaginable en nuestra cuenta bancaria está solo por debajo de las fortunas de Elon Musk (222.000 millones de dólares), Jeff Bezos (191.000 millones de dólares) y Bernard Arnault (156.000 millones de dólares).
En una de las múltiples entrevistas concedidas, precisamente para Bloomberg, Bill Gates declaró: “Lo peor que me puede pasar es que mi cerebro deje de funcionar”. Le entendemos muy bien porque su éxito demuestra que sus neuronas trabajan maravillosamente.
En 2008 dejó la dirección de dirección de Microsoft. No obstante, la fuerza de su legado continúa tirando del conglomerado tecnológico de Sillicon Valley. Apostó por internet y abrió las puertas de un camino infinito por recorrer. Tras su marcha de Microsoft se volcó en su fundación, Bill & Melinda Gates Foundation, y a pesar de ser una entidad benéfica cada año presume de superávit con uno de 16.000 millones de dólares en 2019.
La principal diferencia con sus compañeros del ranking de fortunas es que Bill Gates es el único que ya no trabaja en el sentido literal de la palabra; es su dinero el que trabaja por él. Su dedicación actual es filantrópica; trata de frenar el cambio climático, apoya la educación y colabora en la lucha contra enfermedades muy graves como el dengue o la polio, entre muchas otras iniciativas y proyectos. Gates destaca la necesidad de invertir en educación igual que defiende la filantropía y el total apoyo a los más desfavorecidos para que las generaciones futuras vivan mejor. Además, más de una vez ha destacado que su intención es no dejar grandes fortunas a sus hijos.
En las entrevistas y charlas con la prensa ha dejado claro que la clave principal de su patrimonio es la inversión porque un 60% lo destina a la bolsa. Centra su atención en mantenerse informado y escuchar a los expertos para llevar a cabo la compra y la gestión de sus acciones. Asegura que es básico elegir a las empresas correctas donde depositar el dinero y la confianza, analizar sus riesgos y beneficios y asegurarse de que no habrá pérdidas. Aunque según ha declarado “es importante celebrar el éxito, pero es aún más importante prestar atención a las lecciones del fracaso”.
La casa en la que vive está valorada en casi 130 millones de euros y en ella conserva obras de arte, libros incunables y coches de lujo, pero los ha ido adquiriendo para disfrutarlos, no con la idea de invertir en estos sectores. Este porcentaje del 60% que invierte Gates en acciones está muy lejos de las familias de Estados Unidos porque lo normal es que dediquen a ello no más que el 32% de su capital. Son familias y particulares que prefieren destinar parte de sus ingresos a la compra de una vivienda en lugar de aumentar su patrimonio gracias a la bolsa.
De la misma forma Gates siempre insiste en la oportunidad de rodearse de gente “valiosa” de la que se pueda aprender y que te inspiren. En sus palabras, “cuando tienes a personas inteligentes trabajando contigo, quieres mantenerlas estimuladas”.
Por último, en más de una ocasión ha reconocido que, aunque una persona se vuelque totalmente en conseguir el éxito, es imprescindibles no desatender los hobbies individuales con los que se disfruta. Es una de las mejores terapias para desconectar, “resetear” el cerebro y volver a la oficina renovados y con más fuerza y energía.