La crisis energética y el aumento generalizado de los precios ha hecho que cada vez sean más los españoles que se plantean utilizar soluciones alternativas para ahorrar en la factura de la calefacción.
A pesar de que la calefacción por gas natural sigue siendo la más utilizada en nuestro país, en los últimos años han ganado popularidad otros métodos, como las calderas de biomasa, una opción eco friendly que utiliza residuos orgánicos para generar calor, o los suelos radiantes, un interesante sistema de climatización que funciona a través de un circuito de tuberías o cables instalado bajo el pavimento de la vivienda y que guarda estrecha relación con un método que data de la Edad Media.
Hablamos de Gloria, un tipo de calefacción semejante al hipocausto, el sistema que utilizaban los romanos, y que se utilizaba, especialmente, en las zonas de Castilla.
El antiguo sistema de calefacción Gloria guarda muchas semejanzas con los suelos radiantes que tanta popularidad han ganado en nuestro país en los últimos años. De hecho, los suelos radiantes podrían considerarse como una versión actualizada de este sistema, así como de los hipocaustos romanos, que vendrían a ser el punto de partida de todo este entramado térmico.
Tal y como señalan desde Fontgas, una empresa especializada en suministros de climatización, los hipocaustos romanos calentaban el suelo de las viviendas mediante el aire caliente que se generaba en un horno instalado en el exterior de la vivienda en el que se quemaba leña como combustible.
Este aire se canalizaba y circulaba a través de una cámara de aire, una estructura sostenida por pilares de ladrillo de 40 a 60 centímetros de alto, logrando así calentar el suelo de la vivienda e incluso las paredes a través de los ladrillos huecos que llegaban hasta el techo e irradiaban calor.
El funcionamiento de la calefacción Gloria es semejante al de estos hipocaustos romanos, ya que el calor también se generaba gracias a un horno o chimenea ubicado en el exterior de la vivienda y alimentado con materiales de combustión procedentes de los deshechos del campo, como la leña, la paja o las ramas.
Estos hornos y chimeneas se complementaban con unos conductos o galerías que pasaban por debajo del suelo de la vivienda y que distribuían el calor, manteniendo así el hogar caliente y protegido contra las bajas temperaturas del invierno. Posteriormente, el aire utilizado se expulsaba por un cañón de chimenea.
Actualmente, aún hay viviendas en Castilla La Mancha que siguen utilizando esta calefacción, a pesar de la existencia del suelo radiante, y hay incluso quien se plantea revivir este viejo sistema para ahorrar en costes, ya que solo necesitan entre cuatro y cinco troncos de leña para mantener una vivienda relativamente grande caliente.
Como curiosidad, el sistema de calefacción Gloria es el que ha dado origen a la famosa expresión ‘estar en la Gloria’, que viene a significar estar a gusto, ya que ofrecía calor y bienestar en las épocas más frías del año.