Hubo un tiempo en el que el economista Yanis Varoufakis fue tan popular como una estrella del rock. Carisma de macho alfa, enfundado en cazadoras de cuero, calva sexy y bronceada al viento, y baluarte de un marxismo libertario que conectó con el sufrimiento social del pueblo griego, llegó a ser ministro de Finanzas del país y desde ahí se empeñó en echarle un pulso a la UE y a la austeridad impuesta por Bruselas. Dimitió de su cargo a los cinco meses, cuando su gobierno hizo lo contrario de lo que la gente reclamaba. Desde entonces ha escrito numerosos artículos y libros superventas radiografiando el orden económico mundial. En 'Tecnofeudalismo. El sigiloso sucesor del capitalismo' (a editar en 2024 por Deusto) proclama la muerte del capitalismo: "¡Bienvenidos al tecnofeudalismo!".
Para Varoufakis, el sistema capitalista ha llegado a su fin. Según asegura en una entrevista en El País, "el capitalismo ahora está muerto. Ha sido reemplazado por la economía tecno-feudal y un nuevo orden". Y si el viejo estaba basado en la producción y el intercambio de bienes y servicios, ahora son las grandes plataformas tecnológicas, como Amazon o Google, las que dominan de forma casi absoluta el mercado, ejerciendo un poder considerable sobre las decisiones económicas.
Según el ex enfant terrible de la economía griega, esta concentración de poder en manos de unas pocas empresas es muy similar a la del feudalismo en la Edad Media. "Lo que está matando al capitalismo… es el propio capitalismo. No el capital que conocíamos desde el amanecer de la era industrial. Sino una nueva forma, una mutación, que ha ido creciendo en las dos últimas décadas. Mucho más poderoso que su predecesor que, como un virus estúpido y demasiado entusiasta, ha matado a su huésped", explica.
En la economía tecno-feudal, las grandes plataformas tecnológicas tienen el control sobre los datos y la información de los individuos. "Alexa, de Amazon, por ejemplo, no es nada más que un portal detrás del cual hay un sistema totalitario centralizado creado para satisfacer a su dueño, Jeff Bezos. Hace cuatro cosas al mismo tiempo. Nos entrena para que le dictemos lo que queremos. Nos vende de manera directa lo que sabemos que “queremos”, prescindiendo de cualquier mercado real", indica el economista.
Por otra parte, Varoufakis sigue lamentando la política de austeridad europea que él combatió con todas sus fuerzas cuando fue ministro de Finanzas: "El modelo económico alemán está muriendo y Europa le sigue detrás. ¿Cuáles son las industrias del futuro? Energía solar, eólica, baterías y desarrollo de software. La UE ni siquiera existe porque no invierte nada. ¿Qué van a hacer con China, que tiene el monopolio absoluto de las baterías? (...) Hemos perdido 14 años practicando la austeridad".
En cualquier caso, el carismático expolítico, como buen izquierdista, sigue creyendo en la necesidad de desmontar el capitalismo: "Solo trae enormes cargas, terribles. Una es la explotación de la mujer. La única forma de que las mujeres puedan prosperar es a costa de otras mujeres. No, al final, y en la práctica, el feminismo y el capitalismo democrático son incompatibles".