Desde que en junio cambió la factura de la luz con su consecuencia más directa, la subida del recibo mensual, los consumidores han buscado todas las alternativas posibles para que ese aumento de la factura se note lo menos posible en el precio final. Tras investigar un poco entre los consejos principales o aparatos que te ayudan a abaratar el recibo de la luz, muchos pueden haber caído en los enchufes que se venden como ahorradores de energía. ¿De verdad nos ayudan a consumir menos? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) da las claves para saber si realmente hemos caído en la trampa.
Por ir al grano, la OCU establece que por solamente comprar un aparato de este estilo a la larga será un gasto mayor de lo que esperamos porque no va a tener influencia alguna en la factura final de la luz. Pero entonces, ¿por qué se venden como ahorradores de energía?
Estos ahorradores de energía se conectan al enchufe de casa y es en él donde conectamos nuestros electrodomésticos. Su funcionamiento consiste en que consiguen recoger la energía reactiva, que no influye en la cantidad que se consume y los contadores ni la contabilizan, y la devuelve a la red para que sea consumida. Hasta ahí todo suena bien, pero no tiene efecto alguno en nuestra factura.
Tal y como expone la OCU, "en los contratos de electricidad domésticos no se paga por la energía reactiva", por lo que a un consumidor normal, a cualquier ciudadano, no le afectaría, algo que sí ocurre a las grandes industrias, pues su maquinaria produce grandes cantidades de energía reactiva que sí se les cobra. Quizá en esos casos se puede valorar optar por ahorradores de energía, pero en casa de nada servirá conectar la nevera, ya que no habrán consecuencias en el abaratamiento de la factura.
Por tanto, los 30 euros que puede costar uno de estos aparatos tirando por lo bajo ya es un gasto de más y, esa pequeña luz que nos indica que está funcionando, como la roja o verde de la tele según si está apagada o encendida, también aumenta, aunque sea de forma mínima, el recibo final.
Tras desestimar su uso para ahorrar, la OCU recuerda que algunas de las principales claves para abaratar el recibo es un ligero cambio de hábitos y utilizar los electrodomésticos que más gastan en los horarios más baratos, especialmente aquellos que más gastan. Además, recuerdan que el tipo de aparatos también tiene mucho que ver, siendo la mejor opción optar por aquellos que sean más eficientes y gasten menos electricidad, entre otras de las medidas para que la factura final no nos dé un susto con su cantidad final.