2020 fue un año especial. Todos lo sabemos a estas alturas. La pandemia nos dejó metidos en casa durante unos cuantos meses y, después, nada volvió a ser como era antes. No viajamos igual. No consumimos igual. Nuestra casa se ha convertido en la mejor aliada y ese 'hogarismo' ha hecho que los europeos hayamos acumulado más de 500.000 millones de ahorro adicional a los 1.000.000 millones que se acumulan en los años ordinarios. La pregunta que está ahora encima de la mesa es: ¿Cómo sacar ese dinero de las huchas para volverlo a poner en circulación y estimular la economía?
Uno de los principales baluartes de nuestra sociedad para consumir es tener confianza en el entorno que nos rodea. Por eso la seguridad es tan importante y por eso, cuando nos faltó, en 2020, dejamos de gastar el dinero y empezamos a ahorrarlo por lo que pudiera venir.
Muestra de esta falta de confianza es el intento por parte de todos los gobiernos occidentales de acelerar al máximo posible los procesos de vacunación contra la covid-19 y crear, así, entornos seguros donde volver a consumir, llámese resort en la playa, aeropuertos, o el centro comercial de la esquina.
Sin embargo, la llegada de las nuevas variantes, como la Delta, puede volver a comprometer toda la estrategia para reactivar el consumo, la economía y reducir los niveles de paro. No obstante, los gobiernos europeos prefieren ser optimistas y empiezan a pensar en estrategias activas para que los ciudadanos vuelvan a gastar su dinero.
Aunque algunos analistas de la Comisión Europea crean que estimular el consumo privado es un error en pro de hacer inversiones públicas para mejorar infraestructuras, lo cierto es que los gobiernos más potentes de la Eurozona ya están empezando a aplicar medidas de estímulo.
Por ejemplo, en nuestro país el ejemplo más claro de incentivación del consumo es el Plan MOVES, destinado a cambiar el vehículo por uno más moderno y ecológico. Con este programa, te pueden dar hasta 7.000 euros si finalmente decides comprar un nuevo modelo y llevar a la chatarra a tu coche de más de 10 años. Una medida para aumentar el consumo en el sector automovilístico y, de paso, renovar el parque móvil.
Además, los viajes del IMSERSO están a la vuelta de la esquina después de que un Tribunal diera por buenos los precios del programa, y aunque estos sean ajustados, también servirá para promover el turismo interno en una época del año donde históricamente cae el consumo y la demanda de servicios.
En otros países de la Unión Europea también se están llevando a cabo medidas directas de estímulo. Por ejemplo, en Alemania el IVA de restaurantes está al 7% hasta finales de 2022 (en España, al 21%), y algo parecido están haciendo en Bélgica durante el verano, donde el consumo en bares y restaurantes solo estará gravado con el 6% de IVA; o en Italia, donde han pospuesto la entrada en vigor del impuesto al plástico de un solo uso hasta enero de 2022.
Lógicamente, solo con estas medidas no se va a vivir un boom en la economía, pero la suma de muchas, en muchos lugares del Viejo Continente pueden provocar que los europeos decidan romper la hucha de 2020 y empezar a consumir igual que lo hacían en el mundo prepandemia. ¿Por qué no preparar ahora un buen viaje?