Cuando llueve, el riesgo de acabar en el suelo aumenta considerablemente, sobre todo si andamos con prisas para coger ese tren o autobús que nos lleve al trabajo.
Los suelos húmedos o mojados son el peor enemigo de los zapatos, que muchas veces acaban resbalando y poniéndonos en incómodas situaciones. Incluso los zapatos con suela de goma, que son menos propensos a estos patinazos que los que están hechos con estos materiales, pueden patinar, ya sea por el desgaste del uso y el paso del tiempo o porque son demasiado nuevos. Y si estamos caminando por un suelo que, además de mojado, es de por sí resbaladizo, apaga y vámonos, porque las probabilidades de que acabes en el suelo son muy, pero que muy altas.
Por suerte, y a pesar de que los fabricantes de zapatos parecen no haber encontrado el truco para evitar que estos resbalen en los días de lluvia y tormenta, existen algunos trucos que pueden ayudarnos a, como mínimo, reducir el riesgo de caída. Aunque, eso sí, ten en cuenta que, a veces, no hay nada mejor que unas buenas botas impermeables para salir en los días de tormenta.
Si no quieres probar trucos caseros, no te importa dejarte algo de dinero y quieres disfrutar de unos zapatos a prueba de resbalones, lo mejor que puedes hacer es acudir a un profesional para que coloque una fina capa de goma sobre la suela de tus zapatos.
Este arreglo es bastante barato, y podrás pedírselo a cualquier zapatero. Así que si tienes uno de confianza, no lo dudes y explícale el problema. Así podrás preocuparte menos por la lluvia.
Sí, has leído bien. No, no es una broma. Al contrario, se trata de un truco bastante viejo y muy fácil de poner en práctica. Tan solo necesitas coger una patata y partirla a la mitad. Cuando lo tengas, restriega una de estas mitades por la suela de los zapatos: el almidón creará una capa antideslizante que te permitirá caminar por la calle sin sufrir patinazos. Fácil, ¿verdad?
Si te has comprado unos zapatos que estás deseando estrenar o tienes un par con una suela extremadamente lisa que no deja de darte problemas en los días de lluvia, una solución que puedes aplicar para dejar de resbalar es limar la suela con una lima de uñas. Como lo oyes. Al hacerlo, crearemos porosidad y unas finas ranuras que reducirán el riesgo de resbalarse.
Además, si la suela de tu zapato es muy lisa, también puedes probar a rallarla con un cuchillo o rallador para crear pequeñas hendiduras. De este modo, impedirás que patinen cada dos por tres.
Un truco parecido al anterior. En este caso, lo que haremos será lijar la suela de los zapatos con un papel de lija de grano fino para formar una pequeña rugosidad que impida los patinazos. Eso sí: asegúrate de que pasas la lija con suavidad y en movimientos circulares, y no te excedas.
Además de aplicarla en el cabello, podemos usar nuestra laca sobre nuestros zapatos para reducir el riesgo de que resbalen en la lluvia, ya que este producto es antiadherente. Por eso, si tienes un bote por casa, prueba a rociar la suela de tus zapatos con ella. Después, deja que tus zapatos se sequen. Una vez pasado este tiempo, dejarán de resbalarse y podrás caminar por la calle mojada con tranquilidad.